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A. SÁNCHEZ CABACO - A. RISCO LÁZARO - E. SALVINO GOMES 712 NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 697-721, ISSN: 0470-3790 La Psicología Positiva busca potenciar las emociones positivas, sin plantear un falso optimismo, que resultaría imprudente y fuente de infelicidad. El enfoque positivo está fundamentado en la rea- lidad, con las potencialidades y limitaciones concretas con que la persona cuenta. En este sentido, Seligman defiende que la ciencia debe ser descriptiva y no normativa y que la misión de la Psicolo- gía Positiva nos es decir que alguien deba ser optimista, espiritual, amable o estar de buen humor, sino describir las consecuencias de tales aberturas. Por ejemplo: que ser optimista reduce la depresión, mejora la salud física, propicia los logros, al contrario, posible- mente, de un menor realismo. Lo que cada uno haga con esa infor- mación depende de sus valores y objetivos, pero es un deber del sistema educativo conseguir su aplicación para optimizar individuos y comunidades. El profesor Christopher Peterson realizó un trabajo entre dis- tintas culturas encontrando seis virtudes comunes a todas ellas, y evidencia que la construcción del DSM (Manual Diagnóstico y Esta- dístico de los Trastornos Mentales) tiene su origen en este hecho. Las virtudes encontradas fueron las siguientes: sabiduría y conoci- miento; valor; amor y humanidad; justicia; temperancia y espiritua- lidad. Algunos recursos personales, además de los de la capacidad, del saber, de la destreza, de los trazos de personalidad, facilitan el acceso de una persona a la felicidad, en el sentido del bienestar y de la creatividad, aunque existen elementos incontrolables. Para que el ser humano alcance su objetivo en la vida, que es aumentar la probabilidad de ser feliz, debe realizar algunas activi- dades y seis de ellas son decisivas: 1) elegir metas adecuadas; 2) resolver problemas; 3) soportar el esfuerzo y recuperarse de los fracasos; 4) valorar las cosas adecuadamente y disfrutar de las bue- nas; 5) tener lazos afectivos con otras personas; y 6) mantener la autonomía correcta delante de la situación. Elementos que tienen una alta correspondencia con los expresados por Frankl en el apar- tado anterior. En última instancia, Seligman propone un itinerario a la felicidad: el primer ítem habla en desfrutar de los placeres de la vida; el segundo se refiere al que Aristóteles llamó de buena vida (la persona debe conocer sus propias virtudes y talentos para ponerlos

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