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DESARROLLO DE COMPETENCIAS ACTITUDINALES EN LA EDUCACIÓN… NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 697-721, ISSN: 0470-3790 707 recursos del espíritu humano para contrarrestar la enfermedad y los traumas que la vida acarrea (Guttmann, 1998). La espiritualidad implica la trascendencia y la conciencia. Mediante la trascendencia, la persona se constituye como un ser abierto en el sentido de que no puede ser entendida en su totalidad sin tener como referencia su apertura existencial a un fin, a una obra a la que se dedica, a una persona que se ama, a Dios que se sirve. La conciencia es definida por Frankl como “ órgano de sentido ” (Frankl, 1990; 1994a; 1994b, 103; 1994c, 31) en cuanto que guía a la persona en tal búsqueda a modo de luz que le ayuda a vislumbrar el “ uno necesario ” (Frankl, 1994b), el verdadero significado de las cosas y a considerar la propia existencia ligada a un sentido. Tam- bién la define como “ voz de la trascendencia ” (Frankl, 1994b, 59), la capacidad intuitiva de descubrir el sentido único y singular escon- dido en cada situación. Mediante la conciencia, el hombre se siente envuelto en una instancia suprahumana que le trasciende y a la que se une considerándola su propio ser más profundo y real. El camino de búsqueda del sentido implica, además la libertad y la responsabilidad de la persona, dos conceptos de gran relevan- cia para la teoría antropológica de Frankl. Éste considera que el sentido de la vida ha de ser descubierto de forma libre y la persona se adhiere a él haciendo uso de sus capacidades humanas. Mediante la capacidad intelectual, se vislumbra, es aceptado con la voluntad y reforzado por la fuerza irresistible de la afectividad, por la que se adhiere a ello haciéndolo propio. Según los postulados de la Logoterapia, el hombre es un ser que decide cuál será su existencia y lo que será en el minuto siguiente. En cada momento puede decidir qué postura tomar ante el mundo, qué opción, entre todas las que se le presentan, tomar en su vida. Pero tal libertad humana podría llegar a convertirse en arbitrariedad si no se considerara el aspecto de la responsabilidad. Frankl afirma que si el hombre puede en cada momento elegir su actuación, deberá hacerlo en base a su responsabilidad. Por tanto, cada postura que decida tomar llevará implícitas unas consecuencias que tendrá que asumir, y por consiguiente, de las que habrá de ser responsable. Frankl entiende que en esta responsabilidad el hombre

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