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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 684 NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 629-693, ISSN: 0470-3790 por ejemplo. Superándolos y relativizándolos, reduciéndoles a los límites de la representatividad, pero sin llegar a la necesidad de su eliminación. Siguen siendo representaciones espléndidas cuando son entendidos como tales. El aspecto sorpresivo mencionado lo tenemos en la prohibi- ción, mediante una ley apodíctica, de hacer imágenes : “No tendrás otro Dios que a mí. No te harás imágenes talladas, ni figuración alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas, y no las servirás, porque yo soy Yahvé, tu Dios, un Dios celoso, que castiga en los hijos las iniquidades de los padres hasta la tercera y cuarta generación, y hago misericordia hasta mil generaciones de los que me aman y guardan mis mandamientos” (Ex 20,26). “No tendrás más Dios que a mí. No te harás imagen de escultura, ni figura alguna de cuanto hay arriba, en los cielos, ni abajo, sobre la tierra, ni de cuanto hay en las aguas, más debajo de la tierra. No las adorarás ni les darás culto, porque yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y la cuarta generación, y hago misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis manda- mientos” (Dt 5,8-10). Abordamos esta prohibición y las causas que la motivaron. Pero antes de hacerla, creemos oportuno reflejar cómo pueden ser distorsionados los textos bíblicos desde unos presupuestos teológi- cos incluso verdaderamente confesionales, partiendo de las propias creencias, aplicable a los textos en cuestión. Cornelio A. Lapide, Comentaria in Deuteronomium, in loco, de la obra magna Com- mentaria in Scripturam sacram , Parisiis, edc. de 1877 33 . Vivió entre 1567 y 1637. Es un buen exponente de la exégesis católica de la época. Comentó toda la Biblia desde el Génesis al Apocalipsis. En el caso presente, en lugar de elegir el texto del Éxodo, optó por el del Deuteronomio, porque, según afirma, en él se contiene todo “meliori ordine”. 33 La versión que hemos utilizado de Cornelio A Lapide ha sido corregida y aumentada por Augustinus Crampon, y data del año MDCCCLXXX.

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