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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 682 NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 629-693, ISSN: 0470-3790 los sueños, de explicar los enigmas, de resolver las dudas. Llama, pues, a Daniel y él te dará la interpretación”. “¿Quién conoció tu consejo, si tú no le diste la sabiduría y enviaste de lo alto tu Espíritu Santo?” (Sb 9,17). Bien sea porque una lleva a la otra como en Filón y el 4 Esd , bien sea porque son idénticas como en la sabiduría de Salomón donde la sabiduría como el aliento de Dios sustituye al espíritu en su poder físico y moral y como pneuma filántropo educa a los hombres. Mientras que aquí la palabra se distingue de la sabiduría y aparece como un ángel independiente: “Dios de los padres y Señor de la mise- ricordia, que con tu palabra hiciste todas las cosas”. “Pues ni hierba ni emplasto los curó, sino tu palabra, Señor, que todo lo sana”. “Tu palabra omnipotente de los cielos, de tu trono real, cual invencible guerrero se lanzó en medio de la tierra destinada a la ruina. Lle- vando por aguda espada tu decreto irrevocable; e irguiéndose, todo lo llenó de muerte, y caminando por la tierra tocaba el cielo” (Sb 9,1; 16,12; 18, 15-16); en Si 1,4; 24, 51 la sabiduría brota de la palabra. Mientras que, al revés, en Filón, aparece como la madre del Logos, y Dios como el Padre. Los maestros judíos no lograron una identifica- ción de estas realidades. 4. S IGNIFICADO DE LA IDEA EN LA CUESTIÓN DE LA VERDAD Su aproximación, a pesar de las diferencias con el mundo griego, es clara: en cuanto al pensamiento de la creación: ¿pueden los paganos llegar a la verdad divina? La respuesta es su descubri- miento de la creación. ¿Cómo se mantiene la pretensión absoluta de la revelación divina? Distinguiendo entre la revelatio qeneralis, y la revelatio specialis , que especifica la de Israel. Mediante esta fórmula se respeta lo común y se salva lo especí- fico. Y se salva el peligro de la identificación absoluta de la sabidu- ría en Israel y entre los paganos. La sabiduría pagana no tiene nin- gún derecho a tocar (ofender) la posesión israelita de la sabiduría y alinearla bajo sus categorías como lo intentaron los teólogos judíos de Alejandría; al revés, la revelación regalada por Dios a Israel en

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