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SUCEDÁNEOS DIVINOS NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 629-693, ISSN: 0470-3790 633 de su nombre , del nombre de Dios. La unión de la teofanía cultual y del nombre de Dios se encuentra testimoniada en los tiempos más antiguos (anteriores a la monarquía, cuando la tienda de la reunión todavía no se había fijado a un lugar: 2S 7,4-6; Ex 20,24 ). Probable- mente se haga referencia a lo mismo en Ex 3,14 . la forma original de la revelación del nombre es la autopresentación (Ex 3,6.14: Yo soy el que soy; “yo soy el que os demostraré quién soy por lo que haré; yo soy el que estaré junto a vosotros para ayudaros”). La invocación del nombre de Yahvé en el culto (2S 6,2), que, en la antigua fórmula canonizada, reflejaba, además, la unión de la teofanía con la bendi- ción de Yahvé (Nm 6,7), que es un texto litúrgico, significa que, junto al conocimiento del ser de Yahvé en el marco del pensamiento de la alianza, también tenía lugar la consideración del pueblo como pueblo de Yahvé 4 . Son numerosos los salmos que alaban el nombre de Yahvé 5 . Como puede descubrirse del contexto y del análisis de los textos, el nombre de Yahvé es sinónimo de otras expresiones como gracia, fidelidad, clemencia, misericordia, justicia (naturalmente que, al utilizar esta palabra, nos referimos a la justicia “salvífica”, en modo alguno a la justicia “punitiva”). Dar la gloria a su nombre , presupone la superación del politeísmo, de la multitud de dioses, que le son sometidos por su inferioridad; no tienen categoría de Dios : “los seres divinos deben tributar a Yahvé la gloria y el poder” (Sal 29,1). En lugar de los seres divinos mencionados entra la comunidad cultual que tributa a Yahvé el honor debido y alaban su nombre. El reco- nocimiento se manifiesta incluso en la parafernalia con que se revis- ten los sacerdotes y demás personas incorporadas al culto: “postraos ante él; dicho esplendor sagrado es una alusión a los sagrados vesti- dos sacerdotales con que se honra la majestad de Dios en el templo de la tierra, paralelo al del cielo (Sal 96,9; 110,3) 6 . El nombre de Yahvé suena a veces como un clamor de guerra lanzado por el rey: “Algunos (confían) en sus carros, y otros, en sus 4 A. WEISER, Die Psalmen , DATD , Göttingen 1950, I , 167. 5 Ib., 132. 6 H. J. KRAUS, Los Salmos. I , Salamanca 1995, 432.

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