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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 672 NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 629-693, ISSN: 0470-3790 la naturaleza, que crea en el hombre el fundamento de su existencia natural, la ve el deuteronomista como la expresión de la palabra ordenadora (creadora) sobre la naturaleza y la historia de la misma manera: “El hombre vive de todo lo que sale de la boca de Dios” (Dt 8,13). Lo mismo ocurre en otros textos: “Alzad a los cielos vuestros ojos y mirad: ¿Quién los creó? El que hace marchar su bien contado ejército, y a cada uno llama por su nombre, y ninguno falta, tal es su inmenso poder y su gran fuerza” (Is 40, 26). “Mi mano cimentó la tierra, mi diestra desplegó los cielos y cuando los llamo, comparecen a una” (ls 48,13). La antigua perspectiva de la palabra profética considera la pala- bra como fuerza dinámica: “ Yo deshago las señales mentirosas de los embusteros, y a los adivinos enloquezco. Yo obligo a los sabios a retroceder y torno en locura su sabiduría; pero mantengo las palabras dadas a mis siervos, y cumplo los designios revelados a mis mensajeros… Yo digo a Jerusalén que será reedificada y que su tem- plo será reconstruido” (Is 44, 25-28; y 48,13 , copiado un poco más arriba). La descripción sacerdotal considera la palabra como “ordena- dora”: “Dijo luego: Haga brotar la tierra hierba verde, hierba con semilla, y árboles frutales cada uno con su fruto, según su especie y con su simiente, sobre la tierra. Y así fue... Dijo luego Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles y bestias de la tierra según su especie. Y así fue” . “Hizo los dos grandes lumi- nares... “ (Gn 1,11. 16ss. 24.). También vincula la palabra a la Ley (= Debar Yahvé ): “Y hagáis a Yahvé ofrenda de combustión, holo- causto o sacrificio para cumplir un voto, o de vuestra libre voluntad o en una de vuestras solemnidades, presentando a Yahvé suave olor en bueyes u ovejas” (Nm 15,3). “Los hijos de los levitas llevaban el arca de Dios en hombros, con sus barras, como lo había ordenado Moisés, según el mandato de Yahvé ” (1Cro 15,15). “También en Judá la mano de Yahvé se dejó sentir sobre ellos, dándoles corazón pronto y dispuesto a cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Yahvé (2Cro 30,12)... También la palabra profética fue codificada cada vez más : “La palabra de Yahvé se dirigió a... “ que acentúa la autoridad de

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