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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 632 NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 629-693, ISSN: 0470-3790 – La unión del nombre de Yahvé con el santuario para resal- tar lo más posible la especial presencia divina se convirtió en el Deuteronomio en fórmula clásica: “El lugar elegido por Yahvé para hacer habitar en él su santo nombre ” (Dt 12,5.11.21; 14,23…). “Y comerás delante de Yahvé, tu Dios, en el lugar que El elija, para hacer habitar en él su santo nombre , la décima de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y ovejas, para que aprendas a temer siempre a Yahvé, tu Dios” (Dt 14,23 ). La expresión se hizo clásica y pasó a todos los libros influenciados por la teo- logía deutoronomista. El Nombre adquiere, por tanto, una función independiente en cuanto representante del Dios sobrenatural, mediante el cual se ase- gura al hombre su proximidad y actividad permanente. E insepara- blemente unido a esto se acentúa su trascendencia soberana que en modo alguno se doblegaría ante deseos humanos egoístas. De este modo se ha llegado a conseguir una forma de aparición y de reve- lación de Yahvé que se ha sometido a unas limitaciones y, al mismo tiempo, ha querido presentarse como hipóstasis 3 . Debemos introducir aquí el canto al significado del nombre , que nos ofrecen los salmos, donde la proclamación del nombre de Dios se halla frecuentemente vinculada a su teofanía. En muchos salmos encontramos vestigios de esta referencia mutua. Se nos habla de “la gloria de su nombre”: “Tributad a Yahvé la gloria de su nombre , postraos ante Yahvé en su “santa aparición” (Sal 29,2). El salmo trata del nombre (= sem , en hebreo), del nombre de Yahvé, de la gloria de su nombre. Al Dios que se hacía presente sobre el arca de la alianza se le daba el nombre de Yahvé (elohe) Sebaot. Y, unida a esta designación, se hallaba el ámbito de la teofanía con la representación de la corte de sus ejércitos celestes (Sal 29; 58,2; 82; 89,7ss; 103,20ss). Con el encuentro de Dios en la teofanía se hallaba unido el conocimiento 3 W. EICHRODT, Der Name Jahwes , en Theologie des Alten Testament ,II, Berlin 1950, 15-16.