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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 652 NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 629-693, ISSN: 0470-3790 Apenas escondiste tu rostro, fui conturbado” (Sal 30,8). “¿Por qué escondes tu rostro olvidado de nuestra aflicción, de nuestra opre- sión?” (Sal 44,25). Y su petición se centra en que Yahvé vuelva a dirigir a él su rostro: “No pongo mis ojos en cosa injusta; aborrezco cometer injusticia; no se me pegará” (Sal 101, 3). “Atiende a mis lamentos, pues estoy sobremanera necesitado. Líbrame de los que me persiguen, pues son ellos los más fuertes” (Sal 142,7). Ver que Dios dirige su rostro al hombre significa la alegría que éste experimenta y que se traduce en gratitud y acción de gracias: “¡Los que teméis a Yahvé, alabadle! ¡Descendencia toda de Jacob, glorificadle!. ¡Reverenciadle todos los descendientes de Israel!. Por- que no desdeñó ni despreció la miseria del mísero, ni apartó de él su rostro, antes oyó al que imploraba su socorro” (Sal 22, 24-25). Por el contrario, cuando el hombre hace el mal, Dios dirige su rostro airado contra él: “La faz de Yahvé contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria” (Sal 34,17). Su mirada airada se posa sobre el obrador de la iniquidad: “Todo hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que coma sangre de un animal cualquiera, yo me volveré contra él y le borraré de en medio de su pueblo” (… .. “benanati panai). “Yo me volveré contra ese hombre y le exterminaré de en medio de su pueblo por haber entregado a Moloc a uno de sus hijas, manchando mi santuario y profanando mi santo nombre”. “Si alguno acudiere a los que invo- can a los muertos y a los que adivinan, prostituyéndose ante ellos, vo me volveré contra él y lo exterminaré de en medio de su pueblo” (Lv 20,3.6: el pronombre personal de primera persona traduce el panai hebreo). Lo mismo ocurre en Lv 26,17: “Echaré sobre vosotros el espanto, la consunción y la calentura; que debilitan los ojos y destrozan el alma; sembraréis en vano vuestra simiente, pues serán los enemigos los que la comerán; me volveré airado contra vosotros y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os aborrecen, y huiréis sin que os persiga nadie” (Lv 26,17: el “me” cambia la fórmula). El profeta Ezequiel formula la misma idea mediante la variante “volver el rostro contra”: “Y volveré mi rostro contra él, y le haré portento y fábula, y le arrancaré de mi pueblo Israel, y sabréis que

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