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NUEVA CRONOLOGÍA SOBRE CLARA DE ASÍS NAT. GRACIA LV 3/septiembre-diciembre, 2008, 563-628, ISSN: 0470-3790 599 Pacífica aquella respetable compañía , en la noche de la fuga, de la cual habla el biógrafo. El investigador umbro vuelve a echar mano de una antigua tesis y, de nuevo, sin fundamentarla. Tal especulación, carente de argumentos, altera el orden de los ingresos, situando a Pacífica antes que a Inés 21 . El Testamento de Clara nos ofrece ahora la ocasión de obser- var más detalladamente la afirmación de Pacífica. Clara describe el desarrollo de los acontecimientos de aquella primavera de 1211, con- forme la siguiente secuencia. En primer lugar, Dios iluminó su cora- zón para ingresar en el estado de penitentes, en sus palabras, poco después de la conversión de San Francisco. Clara, “junto con algunas hermanas” , que el Señor le había dado después de su propia con- versión, prometió voluntariamente obediencia. Por tanto, parece ser que Clara está hablando de dos acontecimientos: en primer lugar de su propia conversión, que, como poenitentiam facere , supone un cambio radical con la toma de hábito en la Porciúncula y, en segundo lugar, de en un acto en común que, en forma de una promesa de obediencia de las hermanas ante Francisco, ha de ser considerado como una admisión colectiva en la fraternitas . Francisco quedó con- vencido del fervor y de la capacidad de resistencia de las mujeres y, en esa circunstancia, marcharon ellas, juntas de nuevo, a la Iglesia de San Damián para quedarse allí. En una versión semejante adquiere la declaración de Pacífica un sentido preciso. La mirada retrospectiva de Clara distingue, en el tiempo y en el contenido, entre la toma de hábito en la Porciún- cula, de la que hablan impresionados la Leyenda , el Proceso y la pintura en tabla, y el camino con las compañeras hacia San Damián. Su entrada en el estado de penitentes no es aún el comienzo de la 21 BOCCALI, Chiara sotto processo , 148. Contra esa opinión, figuran los siguientes indicios: cuando se habla de la huida y de los dramáticos acontecimientos que vienen tras ésta, nunca se menciona la presencia de Pacífica, ni en el informe de las testigos, ni en las cartas del Proceso ni en la Leyenda oficial. La Tabla, pin- tada con mucho esmero, muestra también a Clara sola en su camino, hasta que su búsqueda personal (reflejada en el lazo izquierdo del cuadro) da lugar (y es lo que vemos en la parte derecha de la Tabla) al camino común, iniciado en Sant’ Angelo.
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