NG200802004

MONTSERRAT BARTOLOMÉ LUISES 534 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 519-542, ISSN: 0470-3790 de la luz absoluta 44 se desvela el origen de todas las cosas gene- radas, revelándose el amor y la belleza en innumerables palabras, imágenes, sombras, vestigios. Una única fuente luminosa permite la comunicación entre todos los entes vivientes 45 : “una divinidad simple que se encuentra en todas las cosas, una fecunda natura- leza, madre conservadora del universo, según que diversamente se comunica, reluce en sujetos diversos, y toma nombres diversos” 46 . Se trata de una difusión gradual en la escala de la realidad, que se transforma en un espejo de lo absoluto, en el que se halla desde lo supremo hasta lo ínfimo, por un intercambio constante de luz y tinieblas. De acuerdo con esta escala de diferenciación ontológica, la lucidez del entendimiento humano es mixta, es brillante y, a su vez, umbrátil. Las tinieblas son ineludibles para conocer el acto de eminencia luminosa e intensidad abismal de la luz sobrenatural 47 . Lo finito se encuentra con lo infinito porque la mirada divina es ubicua y cualquier observador puede concurrir en ella. El ser abso- luto de la luz se refleja en los infinitos entes finitos que la colman invadidos por el espíritu del universo. La luz divina se refleja en el universo y su complejidad entitativa, y deviene en luz derivada, a la que accede la visión racional del hombre. Todo ente puede verse en la luz divina, con la que mantiene una relación directa, pero sólo Dios se ve en sí mismo. La visión de sí misma sólo es propia de la luz divina, de la que vemos su vestigio en un espejo que asume lo absoluto por la movilidad gradual de luz y tinieblas. 44 Cf. G. BRUNO, Spaccio de la bestia trionfante , O.c. , 709. 45 Cf. G. BRUNO, O. c. , 781-783. 46 G. BRUNO, O. c. , 781: “(...) una semplice divinità che si trova in tutte le cose, una feconda natura, madre conservatrice de l’universo, secondo che diversamente si comunica, riluce in diversi soggetti, e prende diversi nomi”. Cf. trad. I. Gómez de Liaño, La expulsión de la bestia triunfante y De los heroicos furores , O.c. , 213. 47 Cf. G. BRUNO, De la causa, principio e uno , O.c. , 232, 285 y 308. Luz, concentración diáfana y opacidad corporal son los elementos del ambiente umbrátil que, según Bruno ( De gli eroici furori , O.c. , 1159-1160), es ineludible en todo tipo de visión, incluida la más próxima al ojo humano. Bruno ( O. c. , 1159) alude a la caverna platónica ( La república , ed. J. M. Pabón y M. Fernández (Madrid 1969) tomo III, libro VII, caps., I-III, 514a-518b, 1-7), considerándola en su sentido propio o umbrátil.

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