NG200802004

MONTSERRAT BARTOLOMÉ LUISES 530 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 519-542, ISSN: 0470-3790 La relación existencial entre la luz y las tinieblas no impide que cada una de ellas persevere en su propia esencia 29 . Debido a la constitución vicisitudinaria del universo, las tinieblas son sucesos ineludibles de la luz. Substancialmente, el acto y la forma se identifi- can con la luz, y la potencia y la materia coinciden con las tinieblas; accidentalmente, la luz es potencia activa y las tinieblas son potencia pasiva 30 . La unidad de la luz convive con la multiplicidad de la mate- ria 31 , que sólo la posee en potencia infinita, ya que, respecto de todos los modos posibles de ser del universo, la materia eterna no se halla en acto infinito. En la escala substancial y accidental, hay fusión y unidad entre luminosidad y oscuridad. En la luz absoluta, las tinie- blas son esplendor y el abismo es fulgor inabordable 32 . Las tinieblas son aspectos parciales de la luz puesto que ésta las comprende en sí misma. La luz se diferencia por las tinieblas porque el ser de la infini- tud cósmica es extenso y secuencial. La claridad no es sin la opacidad: “la luz es ciertamente una substancia invisible per se, difundida por la inmensidad, ínsita en todas las partes; que por la mezcla, asociación y cierta composición che, dopo lunga notte, spunta all’orizonte ed emisfero della nostra cognizione ed a poco a poco s’avicina al meridiano della nostra intelligenza”. Cf. trad. Á. J. CAPPEL- LETTI, O. c. , 160. 29 Cf. G. BRUNO, Lampas triginta statuarum , O.c. , 30. La relación entre la luz y las tinieblas es más sub-contraria que contraria, ya que si algo es luminoso, su opuesto puede ser oscuro o no serlo, pero si algo es oscuro, su opuesto necesaria- mente será luminoso. El mismo Bruno, apoyándose en la tradición platónica, hace alusión a este tema en O. c. , 32. 30 Cf. G. BRUNO, Theses de magia , en Jordani Bruni Nolani, Opera latine cons- cripta , O.c. , III, 457. 31 Cf. G. BRUNO, Lampas triginta statuarum , O.c. , 33. Todas las configuracio- nes determinan el sustrato material por la acción de la naturaleza o por la interven- ción de un artífice. La substancia universal puede recibir el ornamento y la belleza de la forma. 32 Cf. G. BRUNO, De la causa, principio e uno , O.c. , 186. Cf. G. BRUNO, De monade, numero et figura , en Jordani Bruni Nolani, Opera latine conscripta , O.c. , I, 2, 386: “(…) de la luz procede el lumen, del lumen emana el esplendor, del esplendor el calor fecundo” . [“(…) ex LUCE procedit LUMEN, ex Lumine emanat SPLENDOR, ex Splendore CALOR genitales” ]. Cf. trad. italiana, C. MONTI, O. c. , 345.

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