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LOS TRASCENDENTALES EN LA COMUNICACIÓN: UNA PROPUESTA EDUCATIVA… NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 435 ahora. Con razón ironizaba un dibujante en un diario al poner en boca de sus personajes la frase: “Hoy una imagen moviliza menos que mil palabras” 15 . Es más, el auge de la obsesión por grabarlo todo ha desembocado en una idolatría de las imágenes que, en opinión de Román Gubern ofrece dos caras: “en el lado positivo, disponemos de más información. En el negativo, se banaliza la imagen y su dramatismo, lo que a su vez conduce a una escalada mediática del dramatismo de las imágenes para impactar a un espectador cada vez más insensible”. 16 No obstante, tampoco fue nunca tan poderosa la imagen. La concesión de realidad y verdad hecha por la sociedad de nuestros días a las imágenes y, de un modo concreto a la fotografía, ha here- dado actualmente buena parte de los problemas de credibilidad de los medios de comunicación. La teoría sabiamente destilada por Susan Sontag sobre este arte ha sido olvidada, cuando no ignorada, por los medios: “La fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma. Es la manera ineludiblemente “moderna” de mirar [...] La manera de mirar moderna es ver fragmentos. [...] Mirar la realidad a la luz de determinadas ideas unificadoras tiene la ventaja innegable de darle contorno y forma a nuestras vivencias. Pero también –así nos instruye la manera de mirar moderna– niega la diversidad y la com- plejidad infinitas de lo real. [...] La cámara define por nosotros lo que permitimos que sea “real” [...] En la manera de conocer moderna, debe haber imágenes para que algo se convierta en “real”. [...] En la manera de mirar moderna, la realidad es sobre todo apariencia, la cual es siempre cambiante. Una fotografía registra lo aparente. [...] Según la perspectiva que nos define como modernos, hay un número infinito de detalles. Las fotografías son detalles. [...] Conocer es, sobre todo, reco- nocer. [...] Las fotografías de las crueldades e injusticias terribles que afligen a la mayoría de las personas en el mundo parecen decirnos –a nosotros, que somos privilegiados y estamos más o menos a salvo– que deberíamos sublevarnos, que deberíamos desear que algo se hiciera 15 CAÍN, La Razón ,16-10-04, 10. 16 E. MUÑOZ y D. VÁZQUEZ, “Realismo sin cortes: la verdadera historia”, La Razón , 8-10-06.

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