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LOS TRASCENDENTALES EN LA COMUNICACIÓN: UNA PROPUESTA EDUCATIVA… NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 471 Al viejo Gran Hermano le preocupaba la inclusión, la integra- ción, disciplinar a las personas y mantenerlas ahí. La preocupación del nuevo Gran Hermano es la exclusión: detectar a las personas que “no encajan” en el lugar en el que están, desterrarlas de ese lugar y deportarlas “al sitio al que pertenecen” o, mejor aún, no permitir que se acerquen lo más mínimo”. 93 Debe tenerse en cuenta que se está hablando, sobre todo, de programas concebidos como entretenimiento. Sin embargo, resulta evidente que se aprecia un paralelismo y una proximidad tan peligrosos que nos recuerdan la cercanía entre el comunismo y el antisemitismo en la obra de Hannah Arendt Los orígenes del totalita- rismo . Nada, pues, menos evangélico que una comunicación por y para la exclusión, aunque sea en aras del entretenimiento. Una vez más, estamos ante una distorsión producida por la importancia que el factor económico ejerce sobre la comunicación. Hace ya cuarenta años que, en una obra clásica entre las anda- nadas contra nuestra sociedad capitalista de la segunda mitad del siglo XX , escribió Guy Debord que “El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se ha convertido en imagen” 94 , refi- riéndose con ello a la fuerza con la que el dinero comenzaba ya a prostituir los elementos básicos de la cultura de masas del siglo XX y que hoy ha llegado a unas cotas sorprendentes. Lo que resulta para- dójico, sobre todo desde el punto de vista de la eficacia, es el hecho de que frente a estos recursos, la retórica clásica ha ofrecido desde siempre la posibilidad de emplear la estética como mecanismo de apelación. En este sentido, marcas muy rentables económicamente, como por ejemplo, Coca Cola, o muchas de las automovilísticas, saben que la belleza puede resultar tan rentable y tener mayor capa- cidad perlocutiva que cualquier recurso a lo instintivo. Es, en definitiva, este convencimiento de la posibilidad de emplear bien las herramientas de la Comunicación lo que nos hace insistir de nuevo en que, desde las Facultades de Comunicación, debe trabajarse en esta dirección, enseñando y estimulando a los 93 Ib. 169. 94 G. DEBORD, La sociedad del espectáculo (Valencia 2007) 50.
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