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ASUNCIÓN ESCRIBANO HERNÁNDEZ 464 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 lidad 80 a la vez que contribuyen a formar la de quien nos escucha. Por esa razón, el comunicador cristiano deberá evitar, y así debemos enseñárselo a nuestros alumnos, la utilización, por ejemplo, en los textos sobre política, de todo un universo de palabras que proceden del ámbito semántico de la guerra, con las que se proyecta en el ima- ginario colectivo una impresión permanente de conflicto extremo que en nada contribuye a calmar los ánimos de la sociedad, cuando no distorsiona claramente el mensaje transmitido. En relación con todo esto, resulta muy significativa la amplitud del léxico asociado a la violencia en las transmisiones sobre temas políticos y no sólo políticos 81 . Vemos cómo un partido arrasa, un político ataca a otro, los candidatos derrotan o echan pulsos, los partidos o los resultados de las encuestan golpean, se matan las esperanzas o las audiencias, se pelean los votos, se rompen los pac- tos o las relaciones, el paro se dispara… Se trata de algo a lo que, desgraciadamente, la propia clase política ya nos tiene acostum- brados y quizás sea parte del juego de la retórica de las sociedades democráticas actuales. Pero lo realmente grave es que la situación descrita no sólo está presente ya en el ámbito de la política (por otro lado un ámbito cada vez más teatral y fingido, en el que las diferencias ideológicas son ya apenas existentes, y en el que la polí- tica está siendo cada vez más dictada por los complejos e intereses personales de los propios políticos) sino que se da con igual inten- sidad en otros que hoy en día generan consecuencias mucho más serias. Por ejemplo en relación con el tema de la inmigración, que afecta de manera directa a la vida y la dignidad de millones de seres humanos, y del que ya hemos puesto un ejemplo más que significa- tivo al hablar de la esperanza como forma de mirar la noticia. 80 No sólo eso, sino que, como ha escrito Iris Murdoch, “el desarrollo de la conciencia en los seres humanos está inseparablemente relacionado con el uso de la metáfora”, en La soberanía del bien, O.c. 81. 81 He analizado estos aspectos, por ejemplo, en A. ESCRIBANO, Uso perio- dístico de la lengua: los títulos en prensa (Salamanca 2001) y La cortesía lingüística en las informaciones sobre la Iglesia, en Comunicación y Sociedad , XIX , 2 (diciembre 2006) 39-73.

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