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ASUNCIÓN ESCRIBANO HERNÁNDEZ 446 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 dan, a su manera, cumplida cuenta a diario, pueden encararse desde una perspectiva profesional a la que enriquecería notablemente el testimonio de los profesionales cristianos que trabajan en el ámbito de los medios. Algunos de estos problemas serían los siguientes: la inmigración, las diferencias económicas entre el norte y el sur, la violencia contra la mujer, el odio y la violencia entre diferentes etnias y religiones, o el consumismo, con sus graves y crecientes secuelas entre los jóvenes (a esto último ya se ha hecho referencia en cierta medida al tratar antes el tema de la publicidad). Estimo que dicho proceso sólo puede llevarse a cabo en el marco de un nuevo paradigma de la Comunicación, y por ese motivo en las próximas páginas señalaré algunas pautas o líneas de actuación con el fin de que los profesionales de la enseñanza de la Comunicación orienten su trabajo hacia la misión de reorientar, en la medida de sus posibilidades, el actual rumbo de dicha enseñanza. En realidad, no se trata de crear un nuevo paradigma de la Comu- nicación en sí; constituye, más bien, a mi entender, una puesta en práctica de los procesos comunicativos que son enseñados, desde una triple fundamentación, tradicional aunque novedosa a la vez. Por otra parte, si bien también en este mismo sentido, considero que es del todo necesario partir de lo que significa el concepto de Universidad, y entender que en sí, las Universidades en origen todas fueron religiosas, concretamente cristianas. Hoy este hecho, que pre- tende ser olvidado por parte de algunos, tiene un significado preciso y determinado, sobre todo en el contexto actual de la Educación en un estado como el español, tradicionalmente de cultura cristiana y, de manera concreta, católica. En este sentido, la preocupación por cómo debe transmitirse en nuestra sociedad el mensaje de Cristo supone un aspecto fundamental para los profesionales de la Comuni- cación cristianos. Por último, respecto a esto, también hay que recordar, igual- mente, que católico y Universidad son dos términos vinculados lin- güísticamente al concepto de lo universal, otra razón más para reiterar, en este mundo globalizado, tanto desde los ámbitos de la docencia y desde la fe, la necesidad de una total dedicación a todos. En esta línea, me he acercado a esta nueva visión o paradigma partiendo,

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