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LOS TRASCENDENTALES EN LA COMUNICACIÓN: UNA PROPUESTA EDUCATIVA… NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 445 Sin duda alguna que, en este sentido, las disciplinas humanís- ticas tienen mucho que decir en la formación de los futuros comu- nicadores 40 . Porque ante todo, y a pesar de los cantos de sirena, tan justificados a menudo, el comunicador debe resistirse a la denuncia que ha hecho un escritor, Julio Llamazares, al afirmar que: “En un país en el que nadie lee y en un tiempo, como éste, en el que nadie escucha, seguramente el silencio es la única postura inte- ligente y todo lo demás vanas palabras condenadas, como todas, a convertirse en ruido” 41 . Para combatir tal tentación están la palabra y la imagen, herra- mientas del comunicador. De cómo éste haga uso de ellas, contribuirá a construir un mundo en la estela del humanismo o, por el contrario, al servicio de la vertiente más cínica y salvajemente materialista de la globalización. Por el momento, estamos en un momento sociológico abundante en autocalificaciones, pero de entre las que me quedo con la de Zigmunt Bauman al referirse al “espectro de la superfluidad”, según el cual “la modernidad líquida es una civilización del exceso, la superfluidad, el residuo y la destrucción de residuos” 42 . Y en este paisaje los medios de comunicación se encuentran cómodos. No en vano han contribuido a darle esta densidad. II. UN NUEVO PARADIGMA PARA LAS RELACIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN Y EL CRISTIANISMO Sin embargo, y a pesar de la atrofia que, a juzgar por lo antes descrito, podría parecer que afecta a buena parte de lo que es hoy la Comunicación, todos los grandes problemas que acucian a nuestra sociedad actualmente, y de los cuales los medios de comunicación 40 Sobre esto, cf. C. GARCÍA GUAL, El debate de las Humanidades, en Claves de Razón Práctica 82 (mayo 1998) 24-30. 41 J. LLAMAZARES, Nadie escucha (Madrid 1995) 11. 42 Z. BAUMAN, Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias (Barce- lona 2005) 126.

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