NG200802002
ASUNCIÓN ESCRIBANO HERNÁNDEZ 442 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 banalidad que arrastra la concepción actual de la cultura (“la cultura sin culto”, como la ha denominado el sociólogo Vicente Verdú 32 , para quien “la cultura en sentido amplio, el signo cultural del tiempo, se confunde ya con el “estilo” 33 ). Términos que, aunque con frecuencia suelen confundirse, sin embargo simbolizan y representan a la per- fección a cada una de ambas sociedades. Qué duda cabe que este cambio habrá de traer consigo una serie de consecuencias, algunas de las cuales ya son perfectamente visibles. Es el caso de la formación de un nuevo tipo de intelectual 34 , brillantemente analizado ya algunos años por el mencionado Lamo de Espinosa, que surge como producto del mencionado auge “pos- moderno” de los medios de comunicación. Un intelectual mediático y, paradójicamente, dependiente de los medios de comunicación de masas para lograr crearse una audiencia en la que tengan eco sus palabras. No es necesario aclarar la importancia que este hecho tiene desde el punto de vista de la evolución del concepto de cul- tura, dado el papel que juegan los intelectuales como intermediarios y transmisores de las manifestaciones culturales en la época con- temporánea. Resulta evidente, asimismo, que el cambio de paradigma que se está instituyendo a lo largo y ancho de nuestro actual concepto de cultura implica mucho más que una mera sustitución de las herra- mientas o incluso de los saberes. Hace años también que Michel Foucault, fundamentalmente en Las palabras y las cosas pero en general en toda su obra, acertó de lleno al derivar su indagación inte- lectual de la premisa de que “el orden, a partir del cual pensamos, es férreamente controlado por importantes grupos periodísticos y de presión que deciden qué y cuándo se da a conocer al público en general. Véase S. ERKMAN Perio- dismo científico bajo influencia. Presiones culturales e institucionales, en Le Monde Diplomatique , edición española, 12 (octubre 1996) 22-23. 32 V. VERDÚ, Tú y yo, objetos de lujo , O.c. , 21 y ss. 33 Ib ., 28. 34 Sobre este aspecto cf. E. LAMO DE ESPINOSA, S ociedades de ciencia, sociedades de información, O.c., 187-218.
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