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LOS TRASCENDENTALES EN LA COMUNICACIÓN: UNA PROPUESTA EDUCATIVA… NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 429-474, ISSN: 0470-3790 441 Contrariamente a lo que ha venido siendo tradicional, hoy en día vivimos en sociedades de ciencia o del conocimiento 28 . Un tipo de sociedades, sin embargo, en las que no desaparece el analfabe- tismo, sino que se transforma –en virtud del propio desarrollo– en un tipo concreto de éste: el analfabetismo funcional 29 . Y eso a pesar de la notable expansión de que goza en este fin de siglo la cultura de masas, llevada de la mano del notable auge de los medios de comu- nicación y el desarrollo tecnológico. Paradójicamente, sin embargo, es precisamente por ese desarrollo último, por lo que la sociedad actual debe considerarse como una sociedad de ciencia. Para Lamo de Espinosa esto significa que: “el complejo ciencia-tecnología es la principal fuente de riqueza; el factor productivo primordial; tendencialmente, la ocupación mayo- ritaria; uno de los problemas políticos centrales y, sin duda, el modo dominante de pensamiento” 30 . Hay que constatar, por lo tanto, que se ha producido una clara división entre los dos tipos de sociedad mencionados. El reflejo de sus diferencias se halla en sus respectivos productos: mientras el de la sociedad de ciencia se define como conocimiento , lo que hoy caracteriza el actual estado de lo que tradicionalmente ha sido la sociedad de cultura es la información . Con el primero se relaciona el prestigio 31 ; con la segunda, cada vez más, la propia vaguedad y 28 Uno de los mejores ensayos publicados en los últimos años en nuestro país, precisamente sobre este asunto, es el ya citado de E. LAMO DE ESPINOSA, Sociedades de cultura, sociedades de ciencia , O.c.; cf. también, D. INNERARITY, El conocimiento en la sociedad del conocimiento, en Claves de Razón Práctica 67 (noviembre 1996) 40-47. 29 Eso en el mejor de los casos, pues ya está notablemente extendido el denominado analfanumerismo, o analfabetismo informático. Cf. F. SÁEZ VACAS, La sociedad informatizada. Apuntes para una patología de la ciencia, en Claves de Razón Práctica 10 (marzo 1991) 34-42, 39-40. 30 E. LAMO DE ESPINOSA, Sociedades de ciencia, sociedades de informa- ción , O. c., 131. 31 Dicho prestigio viene dado por el poder político que concede la posesión de los avances en materia científica y tecnológica. Así, el trasvase de “conocimien- tos” desde el status científico hacia la cultura general, por medio de la divulgación,
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