NG200802001

EPISTOLA AD MINISTRUM NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 323-428, ISSN: 0470-3790 407 de distinguir, el discernimiento. Todavía discretio podría tener un tercer sentido: discreción, prudencia, medida, circunspección 108 . Así lo leemos en su forma adjetivada: Rnb 20, 1-2 “Y mis hermanos benditos, tanto los clérigos como los laicos, confiésense de sus pecados con los sacerdotes de nuestra Reli- gión. Y, si no pudieran hacerlo, confiésense con otros sacerdotes dis- cretos y católicos, estando firmemente convencidos y siendo conscien- tes de que, cualesquiera que sean los sacerdotes católicos de quienes reciban la penitencia y la absolución, quedarán absueltos, sin lugar a dudas, de sus pecados, si procuran cumplir humilde y fielmente la penitencia que les sea impuesta“. En contexto totalmente sacramental, ya que comienza con la exhortación a la confesión (20, 1) y culmina con el imperativo de la comunión con el cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo (20, 5-6), Francisco hace la mención necesaria a los sacerdotes, con los cuales los hermanos benditos habrán de confesarse. Ellos, cuando no se trata de sacerdotes de la Orden, sino de afuera, vienen cali- ficados por el binomio: discretos y católicos ( discretis et catholicis sacerdotibus ). Por lo que podemos inferir, que no le basta a Fran- cisco la sola catolicidad sino que a ésta debe agregarse la discre- ción, prudencia y discernimiento. 1 EpCus 4 “Y si en algún lugar el santísimo cuerpo del Señor estu- viera colocado muy pobremente, pónganlo ellos en lugar digno y guár- denlo bajo llave, según el mandato de la Iglesia, y llévenlo con gran veneración y adminístrenlo a los demás con discernimiento”. En una invitación urgente, Francisco insta a los frailes a que digan con humildad a los clérigos que tengan gran veneración por el cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, así como por sus santos nombres y palabras escritos. En este contexto llama la aten- ción sobre la práctica de la Iglesia de tener custodiado el corpus 108 Véase todo el análisis lingüístico que realiza E. A. MAESTRE, El discerni- miento de espíritus , 417-421.