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CARLOS NOVOA 406 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 323-428, ISSN: 0470-3790 parroquias en las que habitan si no es conforme a su voluntad. Y a estos y a todos los demás sacerdotes quiero temer, amar y honrar como a mis señores. Y no quiero considerar en ellos pecado, porque discierno en ellos al Hijo de Dios y son mis señores. Y lo hago por esto: porque en este mundo nada veo corporalmente del mismo altísimo Hijo de Dios sino su santísimo cuerpo y santísima sangre, que ellos reciben y sólo ellos administran a los demás”. Nos encontramos con el pasaje del Testamento en el que Fran- cisco manifiesta su fe eclesial como don de Dios. Es en este con- texto de eclesialidad informada por la fe, que aparecen los pobre- citos sacerdotes ( pauperculos sacerdotes ) gracias a cuya ordenación recibimos el cuerpo y sangre de Cristo, que es lo único corporal que podemos ver en este mundo del santísimo Hijo de Dios. Francisco no quiere considerar en los sacerdotes su pecado, no por motivos ideológicos o de falta de realismo, o ceguera volunta- ria delante de la realidad; sino porque discierne en ellos al Hijo de Dios. Justamente, adelantándose al Concilio de Trento, san Francisco llega a formular, en forma incipiente, la necesidad de separar-distin- guir: el pecado y el pecador, la gracia y el pecado, no haciendo depender la “validez” sacramental (poder ver el cuerpo y sangre del altísimo Hijo de Dios) de la “gracia” o “desgracia” del sacerdote que hace posible ver al Hijo de Dios 107 . B. “Discretio” y otras formas nominales En el vocabulario ascético cristiano el sustantivo discretio tra- duce dos términos griegos que expresan dos matices de significado: diakrivsi" que expresa discernimiento y mevtron que indica medida. Todavía más, discretio proviene de discernere , cuyo primer signifi- cado se asemeja al de diakrivnein : separar, distinguir, diferenciar; el segundo significado posible es el de juicio que distingue, la facultad 107 Cf. E. FORTUNATO, Discernere con Francesco d’Assisi , 123.