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CARLOS NOVOA 404 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 323-428, ISSN: 0470-3790 paulino: “Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1Co 11, 28-29). Es oportuno recor- dar que el texto Eucarístico paulino se encuentra colocado dentro del amplio marco de la vida comunitaria cristiana. De hecho este pasaje comienza en 1Co 11, 17 con una reconvención a la comu- nidad corintia porque hay entre ellos divisiones cuando se reúnen. Así y todo, san Pablo admite “disensiones” para que se manifieste quiénes son los auténticos entre ellos. E inmediatamente el pasaje eucarístico, que es presentado como la medida del discernimiento comunitario de los que son de Cristo. Según el Apóstol no se puede comulgar con el cuerpo de Cristo si no hay comunión en el cuerpo de la comunidad. Por estos motivos, consideramos importante, al hablar del dis- cernimiento de Francisco no separar la referencia típicamente euca- rística de aquella comunitario-fraterna 105 . Francisco mismo mantiene los dos parámetros en relación. Así lo encontramos en la carta a todos los fieles, segunda redacción: el amor a Dios por sobre todas las cosas (2EpFid 16-21); la vida sacra- mental: confesión y comunión, donde se cita el pasaje paulino ya aludido ( 2EpFid 22-24); el amor al prójimo y la misericordia ( 2EpFid 25-31). He aquí los textos que nos interesan: 2 EpFid 22-24 “Debemos, ciertamente, confesar todos nuestros pecados al sacerdote. Y recibamos de él el cuerpo y la sangre de nues- tro Señor Jesucristo: Quien no come su carne y no bebe su sangre, no puede entrar en el reino de Dios. Pero cómalo y bébalo dignamente, 105 Tal vez, debido a la extensión del artículo, Uribe hace una lectura dema- siado veloz de estos pasajes, perdiéndose la riqueza de la referencia escriturística tomada por Francisco, donde no se trata solamente de la distinción entre el Cuerpo del Señor y los otros alimentos, sino en el discernir a la luz Eucarística, la comunión en el Cuerpo eclesial. Véase F. URIBE, Presupuestos y principios básicos del discer- nimiento según san Francisco de Asís , en Selecciones de Franciscanismo 28 (1999) 340.

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