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CARLOS NOVOA 376 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 323-428, ISSN: 0470-3790 El santo utiliza una duplicación semántica muy cara a su cora- zón: ministro y siervo. Ambos términos están indicando la misma realidad, esto es, estar al servicio, ponerse a disposición, acom- pañar desde el llano. El hecho de que ambos sustantivos estén en la misma línea de significado, nos hace pensar en una expresión enfática utilizada intencionalmente; como si se quisiera decir que no hay otra posibilidad de gobierno en la fraternidad de los menores. Al mismo tiempo, al ignorar absolutamente la terminología canó- nico-monástica de la época, el giro interpretativo ha de ser buscado necesariamente en el Evangelio 75 . Llegados a este punto, no es ocioso recordar, sólo de modo enumerativo, los textos en los que Francisco habla del ministro de la fraternidad. Así tenemos que: son designados ministros y siervos ( EpOrd 42; Rnb 4, 2.6; 5, 10-11; Rb 10, 5-6); ellos no han de tener poder o dominio (Rnb 5, 9-12); no serán llamados “prior” ( Rnb 6, 3); deben obrar con misericordia, paciencia y humildad (EpOrd 34- 44); deben pedir al Papa un cardenal protector ( Rb 12, 3); es “señor” para la fraternidad ( EpOrd 2.38; Test 27); debe hacer que la Regla sea observada ( EpOrd 40.47); debe tener siempre consigo la Regla y el Testamento ( Test 35) y la carta a la Orden ( EpOrd 47); ha de examinar a los predicadores ( Rb 9, 2) y les autoriza a predicar y a ir de misión ( Rnb 16, 3-4; 17, 1-2; Rb 12, 1-2); custodia las almas de los hermanos ( Rnb 4, 6; 5, 1); acoge a los que no pueden observar la Regla ( Rnb 6, 1; Rb 10, 4-5); corrige a los hermanos ( Rnb 5, 6; Rb 10, 1); provee a las necesidades de los hermanos ( Rb 4, 2); recibe a los candidatos a la Orden ( Rnb 2, 2-8; Rb 2, 1-2.7-10); impone o hace imponer la penitencia por los pecados reservados ( Rb 7, 1-2); deben obrar con misericordia y bondad ( 2EpFid 43; EpMin 9-11; 75 Al respecto no caben dudas que Francisco está releyendo el texto de Mt 20, 26-28: “No ha de ser así entre ustedes, sino que el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, será servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero entre ustedes, será esclavo de ustedes; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” , que se ubica en el contexto de la pretensión de poder de los hermanos Zebedeo (Mt 20, 20-25). Otra resonancia evangélica puede encontrarse en el pasaje de la última cena joánica donde viene puesto el lavatorio de los pies (Jn 13, 12-17) .

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