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CARLOS NOVOA 342 NAT. GRACIA LV 2/mayo-agosto, 2008, 323-428, ISSN: 0470-3790 Lo primero que constatamos es que Francisco utiliza la conjun- ción coordinadora 26 veces. De las cuales: 18 veces como polisín- dexis fraseológica y las restantes 8, como ligamen entre unidades lexicales nominales y verbales. La abundancia de esta conjunción en el texto lo hace fluido, manifestando la familiaridad del autor con los temas que va des- granando. No hay obstáculos lexicales, todo es serenamente impe- tuoso, golpes de fuerte contenido teológico expresados con una llaneza que sorprende. Nos parece que un efecto que provoca leer esta primera estruc- turación, es percibir que todas las proposiciones iniciadas por la conjunción coordinadora, gozarían, en la mente del autor, de una importancia teológico-espiritual equivalente. Se podría entrever en Francisco, como “escritor”, una única “forma mentis” , esto es, una concepción bifocal que en la unidad se pregunta acerca de la distin- ción y de la distinción regresa a la unidad 45 . Una frase envuelve a la anterior, provocando un crecimiento, un sucederse de olas en pleamar que surgen del corazón de Fran- cisco para estallar en el corazón de aquél a quien son destinadas, según la feliz expresión de Auerbach, ya citada. Este crecimiento verá su maduración en el texto legislativo, propuesto en borrador por el santo, en la segunda parte de la carta ( EpMin 13-22). B. Estructuración de conjunto Otra modalidad posible para leer la carta, es considerándola en su unidad de sentido completo. O sea, teniendo en cuenta el género literario epistolar, destacar la estructura que se desprende de la tota- lidad del texto. Veamos la siguiente propuesta: 45 G. POZZI, Lo stile di san Francesco, 72.

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