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UNA INTERPRETACIÓN DE LAS POSICIONES METAFÍSICAS… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 261-286, ISSN: 0470-3790 263 consistir de alguna manera en un acomodo o concordancia entre el logos lógico, o forma canónica del pensar, y el logos del ser, o forma constitutiva de la realidad. Implícitamente, operaron sobre el supuesto de que los dos eran inmutables, y de que el logos de las expresiones comunes, no epistemológicas, no podría por tanto ser instrumento del saber, ni revelador del ser, pues la expresión es siem- pre variable, singular y subjetiva ” 10 . Por este camino se habría logrado un conocimiento formal- mente riguroso, pero sin poder de captación de las realidades 11 . Pasando al análisis concreto de esta “desviación” de las reali- dad y de su inmersión en un vacío de realidad, E. Nicol analiza la metafísica como ciencia primera que se ocupa del “ ser en tanto que ser… la metafísica es un tipo de conocimiento peculiar, es decir, el supremo, porque versa sobre un tipo peculiar de realidad: la reali- dad en sí misma, el ser en cuanto ser ” 12 . Aquí es donde E. Nicol señala con agudeza que la metafísica no ha logrado en ningún momento su objetivo, porque “ no ha habido un solo pensador que haya podido explicar en qué consiste ser” 13 . De ahí la desviación que se ha dado, desde siempre, hacia dos cuestiones: a) la cuestión del principio y la causa suprema de todo lo exis- tente (lo que excede los límites y la finalidad de una ver- dadera episteme ). Por este camino, la metafísica se empeñó en probar y desvelar el principio de todos los seres, el ser divino, causa y principio de todos los seres; b) el examen de la constitución interna de los seres (que ha pasado a ser competencia de las ciencias positivas). Por esta vía, sólo encontramos la facticidad del ser (los seres son y también nosotros somos) 14 . 10 Ib ., 17. 11 Ib ., 28. 12 Ib ., 28-29. 13 Ib ., 29. 14 Ib ., 29-30. Cf.. Ib ., 39. Un poco más adelante, E. Nicol vuelve a reflexio- nar sobre este problema del principio y la causa de todo lo existente, resaltando la belleza y la perfección de la construcción teórica de Aristóteles: la esencia de las