NG200801007

UNA INTERPRETACIÓN DE LAS POSICIONES METAFÍSICAS… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 261-286, ISSN: 0470-3790 283 b) La aprehensión del hombre, como ser de la expresión, cuya forma de ser es patente por sí misma, inmediatamente iden- tificable por su misma forma existencial. Aquí ya se daría una identificación y distinción ontológicas. De ahí la conclusión de que “ la metafísica de la expresión es la base originaria en que deben asentarse la ontología, como investi- gación fenomenológica de la forma de ser se los entes, y la llamada teoría del conocimiento, como investigación fenomenológica parti- cularmente referida al ser del cognoscente ” 76 . En el fondo de esta concepción prima ciertamente el ser del hombre como ser de la expresión. Pero no hay una determinación ni ontológica ni lógica definitiva. Primero en su propio ser. Porque el hombre no está individua- lizado ontológicamente de una manera uniforme. Está constituido por una herencia histórica del pasado que conforma su existencia. Hay ciertamente una relación cognoscitiva con todo lo que no es el ser propio de cada hombre: los otros hombres y todo cuanto está situado frente al hombre. La autenticidad y totalidad ontológi- cas del hombre, como los modos de conocer, no son ni constitución ni presencia definitiva. De ahí la doble conclusión que indica E. Nicol: a) “ La frontera ontológica que divide mi ser del ser que no es el yo es indecisa, porque es fluctuante: el modo de conexión ontológica con el otro y con lo otro es histórico, y por ello es histórico mi propio ser, en tanto que dependiente de tal conexión ” 77 . b) El hombre “ es el ente cuyo ser aparece desde luego determi- nado ( Da ) como indeterminación, o sea como expresión ” 78 . Para paliar la inmersión en el puro cambio, E. Nicol insiste en el valor dialógico de la palabra que, al dirigirse a otro sujeto, atestigua 76 Ib. , 210. 77 Ib. , 184. 78 Ib. , 186.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz