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MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA 282 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 261-286, ISSN: 0470-3790 una noción distinta de la esencia divina y poseer sólo una noción indeterminada, la del ser en general. Sin embargo, “ este ser, que es común a todo lo que existe, lo posee Dios por sí o a título primordial, en tanto que la criatura lo posee por participación, a título secun- dario. El ser de Dios es mensurante, el ser de la criatura medible, y no puede atribuírsele más que por analogía. Pero, de estos dos seres infinitamente distantes, la inteligencia se forma un mismo concepto, que se aplica unívocamente a uno y a otro ” 74 . CONCLUSIÓN l. Ciertamente, E. Nicol ha intentado reconstruir la vieja cien- cia de la metafísica, arrancándola del principio de no contradicción para que el logos lógico no siguiera ahogando el logos expresivo. Y ha creído encontrar la solución en que el hombre como “ el ser de la expresión se haga patente en la expresión misma y sea susceptible de una inmediata identificación ontológica como tal ser de la expre- sión ” 75 . Los dos elementos básicos sobre los que apoya la reconstruc- ción propuesta por E. Nicol son: a) La identificación y la aprehensión del ente mediante la pala- bra dialogada, ya que toda palabra es expresión. En este momento no se habría pasado más allá de la existencia real del ente, sin distinción alguna ontológica en cuanto a una forma propia de ser. Nos encontraríamos en una etapa pre- científica, aunque metafísica. 74 J. C HEVALIER , O. c. , 410-411. “ Singulare et plurale idem significant licet differant in modo significando; ergo includunt idem praedicatum proportionaliter acceptum…omne ens per participationem reducitur ad aliquid tale per essentiam; individua in quacumque specie creata sunt entia per participationem, alioquin non essent multa…Quidquid autem est per essentiam, non per participationem, est Deus ” ( Ordinatio I, dist. 2, pars 1, q. 3, nn. 158-159; II, 222-223). 75 E. N ICOL , O. c. , 138.

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