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DUNS ESCOTO: EL CARÁCTER ESENCIALMENTE ABSOLUTO DEL CONOCIMIENTO… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 229-259, ISSN: 0470-3790 233 varios momentos, sobre todo para corroborar el carácter absoluto del conocimiento divino, tal como se afirma en diversos pasajes de la obra agustiniana más citada: De Trinitate . Finalmente, llama la atención las siete veces en que recurre, en la exposición de esta cuestión, a los comentarios de Averroes, para confirmar sus propias interpretaciones de Aristóteles. Este dato es especialmente notable, sobre todo teniendo en cuenta la conocida tesis de E. Gilson 5 . El eminente medievalista sostiene que la influencia de Avicena en Escoto es semejante a la que sufrió Santo Tomás por parte de Ave- rroes. Y, en relación con la recepción árabe de Aristóteles, afirma que mientras el maestro dominico sigue con frecuencia los comen- tarios de Averroes, aunque muestre notables diferencias en algunos puntos teológicos, el maestro franciscano prefiere la lectura de Avi- cena para la interpretación de Aristóteles. Gilson dice lo siguiente: “se podría sostener sin inexactitud que, contrariamente a la idea que uno se forma de sus obras, ni Tomás de Aquino ni Duns Escoto partieron del mismo Aristóteles. El Aristóteles de Santo Tomás se parece mucho al de Averroes; el de Duns Escoto se parece más bien al Aristóteles de Avicena” 6 . De cualquier modo, Escoto se halla muy lejos del necesitarismo griego, que heredaron tanto Avicena como Averroes, por lo que su discrepancia con ellos es también notable en puntos fundamentales de su pensamiento. Justamente por esta preferencia por Avicena, perfectamente demostrada por Gilson, sobre todo por lo que se refiere a la esencia indeterminada como fundamento de la metafísica y al concepto uní- voco de ente, llama la atención que, en la explicación de este tema de la esencia del conocer, recurra exclusivamente a la autoridad de Averroes. Por ello, merece que lo tengamos en cuenta, no sólo como una nota peculiar, sino como un rasgo esencial de su estilo 5 Véanse muy atentamente las páginas que el ilustre medievalista dedica a las diferentes interpretaciones de Aristóteles que hacen Santo Tomás y Duns Escoto, por ejemplo, en É. GILSON, La filosofía en la Edad Media (Madrid 1989) 558-564. La misma tesis mantiene en la importante y documentada obra que dedica al Doctor Sutil; véase É. GILSON, Jean Duns Scot. Introduction a ses positions fondamentales (París 1952). 6 É. GILSON, La filosofía en la Edad Media (Madrid 1989) 561.

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