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EL CONCEPTO UNÍVOCO DEL SER , PASO DE ESCOTO A LA POSIBILIDAD… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 193-227, ISSN: 0470-3790 197 sente de acompañar al Doctor escocés en su camino, laborioso pero seguro, será, al mismo tiempo que luz para la inteligencia, un homenaje de admiración en su memoria centenaria. 1. El primer acto de conciencia reflexiva frente al mundo en el que nos encontramos ‘lanzados’ es, sin duda, la pregunta explícita o implícita de ¿qué es esto o qué hay detrás? Una pregunta que cua- lifica todos los cuestionamientos humanos, pero que supone algo que de momento el hombre no se cuestiona, sino que se supone: el ser . Todo lo que es, es . El ser , sencillamente, se aplica a todas las cosas, que, en cuanto ser, no se distinguen unas de otras. El ser, sin calificativos ni modos, invade todo lo diferente de la nada. No hay realidad que se escape a su inclusión. No hay diferencias que no sean. El cambio es tan ser como la permanencia. Lo mismo las apariencias: en cuanto apariencias, son . Parece que preguntar ¿qué es el ser? no tiene más respuesta que la inútil por evidente: el ser es ‘lo que es ’: una aparente tautología signo de que en la profundidad de las cosas, en cuanto a ser, no hay diferencias. Con otras palabras, el hecho de ser pertenece por igual a todas las cosas reales o imagi- nables. ¿Qué problema puede haber en esto? Pero resulta que la inte- ligencia busca razones a lo obvio o saca consecuencias en que la obviedad se convierte en no obviedad. En occidente al menos, fue- ron los griegos los primeros que pensaron en serio sobre el ser . La historia constata que fue Parménides (con su fiel discípulo Melisso) quien ante ese ‘ser’ uniforme que invade toda la realidad, dedujo que en él se identifican todas las cosas que parecen distintas a nues- tros sentidos: el ser es tan sencillo, tan absolutamente ser, que no procede de nada y es indestructible, es idéntico a sí mismo en el espacio y en el tiempo, inalterable e inmóvil, presente sin pasado y sin futuro, y su forma completa es semejante a la masa de ‘una esfera redonda, llena, compacta, igual y homogénea en todas sus [Tractatus de primo rerum omnium principio], c.4, concl.9, n.25; ed. Vivès, IV, París 1891, p. 779ab. Cf. en: Obras del Doctor Sutil Juan Duns Escoto , ed. bilingüe, por VV. AA. (Madrid 1960) 688.
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