NG200801005
EL CONCEPTO UNÍVOCO DEL SER , PASO DE ESCOTO A LA POSIBILIDAD… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 193-227, ISSN: 0470-3790 225 como objeto primero, que configura la tendencia radical de nues- tro entendimiento: Si el entendimiento, cuyo (primer) objeto es el ‘ente’, no encuentra ninguna repugnancia en el entender un infinito, e incluso le parece que es el máximo cognoscible, tiene que verse en ello un fundamento para la aceptación de una compatibilidad entre ‘ente’ e ‘infinito’. Sería un milagro si a ningún entendimiento no le llamara la atención una posible incompatibilidad precisamente respecto de su objeto natural primero. El entendimiento debería huir precisamente de algo que destruye su objeto primero 54 . A la luz de esta evidencia, Escoto ‘colorea’ el famoso argu- mento de San Anselmo de la prueba de Dios como el ‘sumo pensa- ble’. Dice el Doctor Sutil: “Dios es el ser mayor que el cual – pensado sin contradicción –ningún otro puede pensarse– sin contradicción”. Pues aquello cuyo concepto incluye contradicción, no es pensable. Porque si fuera pensable se tendrían dos pensables opuestos, que no se podrían unir en un concepto (determinante y determinado), pues ninguno determina al otro. Se sigue que ese sumo pensable antedicho existe en la realidad. El nuevo color, decisivo, que recibe la prueba de Anselmo, es la no contradicción del adjetivo ‘infinito’ a la excelencia del mayor ser. Este sumo pensable, sin contradicción, puede existir en la realidad. Esto se prueba primeramente, dice Escoto, respecto del ser quiditativo, porque tal pensable constituye el descanso supremo del entendimiento. Por tanto en él está la razón primera del objeto del entendimiento, es decir, la razón del ente, y esto en el sumo grado 55 . 54 «Item. Quia intellectus, cuius obiectum est ens, nullam invenit repug- nantiam intelligendo aliquod infinitum. Immo videtur perfectissimum intelligibile. Mirum est autem si nulli intellectui talis contradictio patens fiat circa primum eius obiectum, cum discordia in sono ita faciliter offendat auditum: si enim disconven- iens statim ut percipitur offendit, cur nullus intellectus ab intelligibili infinito natu- raliter refugit sicut a non conveniente, suum ita primum obiectum destruente?». Ord. I, d.2 p.1 q.1-2, n.136; Vat II 208. 55 «Summum cogitabile praedictum, sine contradictione, potest esse in re. Hoc probatur primo de esse quiditativo, quia in tali cogitabili summe quiescit intellectus, ergo in ipso est ratio primi obiecti intellectus, scilicet entis, et hoc in summo». Ord . I, d.2 p.1 q.1-2 n.138; Vat II 209s.
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