NG200801005

BERNARDINO DE ARMELLADA 216 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 193-227, ISSN: 0470-3790 la quididad de la substancia inmaterial (la esencia de Dios en la visión beatífica), como es claro según la fe respecto del alma bien- aventurada. La potencia, pues, permaneciendo la misma, no puede realizar un acto respecto de algo que no se contiene en el ámbito de su objeto primero 38 . Sea cual sea el origen del presente estado, la mera voluntad de Dios, o la justicia punitiva (causa que insinúa Agustín en el libro XV De Trinitate c. último), el primer objeto del entendimiento por lo que tiene de potencia y naturaleza tiene que ser algo común a todos los inteligibles, si bien el primer objeto motivo en el presente estado sea la quididad del ser sensible 39 . 9. La metafísica en la última abstracción. Desde la quididad del ser sensible, se puede decir que Escoto pone en movimiento toda la capacidad de su mente sutil para llegar a una depuración lógica, que se convertirá en profunda visión metafísica. El proceso abstrac- tivo desde la especie singular (species specialissima) va despojando su ser de todas las determinaciones. Sin la determinación específica, se tiene el género, que en su forma suprema se reduce a substancia y accidente. ¿Es concebible todavía una abstracción en estos géne- ros supremos? He aquí la explicación de Escoto de lo que llama ‘ última abstracción’ en su metafísica. Doy una traducción casi al pie de la letra (aplicando al español lo que É. Gilson advierte respecto del francés: «Por mucho esfuerzo que se haga en traducirlo, Escoto es in corpore glorioso necessario haberet similem concordantiam, quod falsum est». Ord. I, d.3, p.1 q.3, n.186; Vat III 112-113. 38 «Intellectus, exsistens eadem potentia naturaliter, cognoscet per se quidi- tatem substantiae immaterialis, sicut patet secundum fidem de anima beata. Poten- tia autem manens eadem non potest habere actum circa aliquid quod non conti- netur sub suo primo obiecto». Ord. I, d.3, p.1 q.3, n.113; Vat III 70. 39 «Undecumque ergo sit iste status, sive ex mera voluntate Dei, sive ex iustitia puniente (quam causam innuit Augustinus XV De Trinitate cap. ultimo: “Quae causa” - inquit - “cur ipsam lucem acie fixa videre non possis, nisi utique infirmitas? et quis eam tibi fecit, nisi utique iniquitas?” sive - inquam - haec sit tota causa, sive aliqua alia, saltem non est primum obiectum intellectus unde potentia est et natura, nisi ali- quid commune ad omnia intelligibilia, licet primum obiectum, adaequatum sibi in movendo, pro statu isto sit quiditas sensibilis». Ord. I, d.3, p.1 q.3, n.187; Vat III 114.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz