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MANUEL LÁZARO PULIDO 190 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 141-190, ISSN: 0470-3790 aún, sí la base y la cosmovisión vital de quien realiza la reflexión filosófica. Querubín de Carcagente en la tercera edición de su Apología expresó el siguiente deseo: “No creemos lejano el día en que Roma, haciendo justicia á las heroicas virtudes del llamado por todo el mundo Doctor de la Inma- culada, le tribute los mismos honores y nos lo presente con la doble aureola de Santo y Doctor de la Iglesia… El Congreso Mariano de Lyon, juntamente con la Orden de Frailes Menores, ha pedido su pronta beatificación. Nosotros hacemos votos por que Pío X, con la exaltación del Doctor de la Inmaculada, añada una página de gloria á su aun corto y ya venturoso pontificado” 119 . Pío X no le concedió ninguna de las cosas que pidió, pero la Iglesia 89 años más tarde beatificó a Juan Duns Escoto. El título de Doctor de la Iglesia no sabemos cuándo llegará, pero la potencia de su pensamiento ha sido ya reconocida en la especulación metafísica y filosófica contemporánea y en la revitalización que su doctrina aporta al pensamiento filosófico en el siglo XXI. Y es que no hay mayor, ni mejor, Apología que el propio pensamiento del Doctor Sutil, Juan Duns Escoto. 119 Apol. , 3ª ed., 233, nota.

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