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MANUEL LÁZARO PULIDO 188 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 141-190, ISSN: 0470-3790 culos averroístas. Después de 1277, se ve cómo cambia la marcha de todo el pensamiento medieval. Tras una corta luna de miel, Teología y Filosofía creen advertir que su boda había sido un error. En espera de la separación de cuerpos, que no tardará, se procede a la separación de bienes. Cada una vuelve a tomar posesión de sus problemas y pro- híbe a la otra que los toque” 114 . Sin duda, desde este presupuesto podemos decir que Escoto analiza la experiencia de la razón en sus consecuencias, pero ello no lleva al pensamiento kantiano. Pues, por una parte, no hemos olvidar que el presupuesto de la fe no abandona al teólogo que hace filosofía y ejercita la razón; y, por otra parte, la misma razón extiende junto a sus luces, sus sombras 115 . Visto desde esta perspectiva más filosófica que apologética la comparación de Duns Escoto con Kant no hubiera sido tan grave, sino ocasión para poder subrayar la gran intuición que frente al proceso cognoscitivo y la razón tuvo el maestro franciscano Duns Escoto. La mirada escolástica que sufre Duns Escoto impide mirar la actualidad de su pensamiento y el desarrollo dentro de una moder- nización de la filosofía que supuso el escotismo más allá de las fron- teras de su Escuela, tanto en la realización de una metafísica enten- dida como ciencia trascendental, como en el desarrollo de la teoría de la determinación del ente retomadas por Suárez como correa de trasmisión hacia Wolff y llegando a Kant, quien reconoció la inten- ción de ceñirse a la filosofía trascendental de los antiguos 116 . * * * En fin tenemos elementos suficientes para poder comprender la polémica suscitada, independientemente de la ponderación sobre el sentido y la oportunidad de la misma. Posiblemente si tenemos en cuenta los protagonistas, visto que se trataba de una disputa entre personas de pensamiento cristiano, pudiera parecer un diá- 114 É. GILSON, O. c. , 561-562. 115 D. ESCOTO, Ordinatio , prol. 5, (1,4). 116 L. HONNEFELDER, O. c. 183-184. Cf. I. KANT, Kritik der reinen Vernunft , B 113 ss.

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