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“EL KANT DE LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA”: FR. QUERUBÍN DE CARCAGENTE… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 141-190, ISSN: 0470-3790 183 su justo conocimiento, reduciendo su grado de certeza a la probabi- lidad desde la razón, es juzgado desde la regla de medir tomista de Zeferino hacia el camino del escepticismo, y juzgado por Querubín como un camino de posibilidad de razonar dentro de la libertad de pensamiento escolástico que al hacer filosofía se apoya en el razona- miento. El juicio erróneo de Zeferino respecto de las motivaciones y las consecuencias del pensamiento crítico de Escoto no recae tanto en el paso de una discusión crítica sobre el papel de la razón res- pecto de la teología natural, la metafísica o la epistemología, como en negar la mayor para desprestigiar todo el escotismo. Una escuela llena de tantos e ilustres maestros que por el número y la calidad de sus miembros ya invalidan el juicio del filósofo dominico, según argumenta Querubín de Carcagente: “¡Cuántos ilustres escépticos! Y escépticos en tanto mayor grado, cuanto más de cerca siguieron á Escoto los hombres más eminentes en santidad y doctrina” 103 . En el capítulo X, Querubín reduce a ciertas analogías las acusa- ciones de Zeferino González, de las que no se ha retractado en su segunda edición de la Historia , pues aunque se había retractado de una interpretación general del kantismo de Escoto, mantiene la afir- mación respecto de asuntos concretos que no termina de concretar, acentuando el hecho de que el Doctor Sutil tiene una tendencia anticipadora a lo que Kant realizó siglos más tarde. El filósofo-teó- logo capuchino realiza una sistematización en este capítulo de las afirmaciones kantianas de Escoto. La primera analogía: “Si Kant somete á su crítica las tesis de los representantes del dogmatismo filosófico, Escoto somete á la suya las tesis filosófico-dogmáticas de sus antecesores” 104 . De esta acusación ya había hablado en el capítulo VII al hablar d l a libertad de pen- samiento en la Edad Media, pero añade un matiz de la diferencia entre el hacer del filósofo alemán y el escocés. El primero anega la 103 Ib. , 67; cf. 66-67. 104 Ib. , 70. “Como el filósofo alemán, Escoto somete á una crítica implacable y desoladora las teorías, las demostraciones, las pruebas y las opiniones, siquiera sean aceptadas por todo el mundo y posean la autoridad de cosa juzgada”( Z. GON- ZÁLEZ, O. c. , 303).

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