NG200801004

“EL KANT DE LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA”: FR. QUERUBÍN DE CARCAGENTE… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 141-190, ISSN: 0470-3790 181 Sutil sufra menoscabo porque en lo opinable y libre contraría algu- nas veces á la del Doctor Seráfico” 97 . En este punto (capítulo VIII del libro) aparece la acusación mencionada del escepticismo kantiano de Escoto y ante ello la con- testación del capuchino. En la introducción que realiza frente a la crítica del pensador dominico aparece el arsenal, barroco “propio de una apología” de argumentos probatorios de la fiabilidad de Escoto que hemos expuesto en líneas anteriores, algo necesario ante tan “atroz acusación”, al menos para el espíritu de esta época: “… ¿qué responsabilidad anta la historia, la ciencia y la crítica, pesa sobre el P. Zeferino, si movido por rancia rivalidad de escuelas ha calificado, de la manera que luego verá el lector al catolicísimo Maestro de la pléyade franciscana, al Doctor venerado de María, la gran figura de su siglo, cuya saludable doctrina, jamás tachada en lo más mínimo, han profesado millares de doctísimos maestros, y seguido escuadrones de santos y de sabios? No nos corresponde determinarla. Nos sentimos movidos a disculparle, y no sabemos cómo hacerlo. Qui- siéramos hallar una razón que justificase su conducta, y no sabemos á dónde volvernos ” 98 . Y es que, efectivamente, no es para menos pues decir que “Escoto puede apellidarse el Kant de la Filosofía escolástica” implica tacharlo de escéptico, y Querubín, haciendo uso del diccionario y del lenguaje común, recuerda que eso lleva a afirmar que es un hombre sin fe 99 , una afirmación que queda reforzada por la signifi- cación filosófica. Pero eso no es todo, si la acusación de escéptico fuera poco, encima lo acosa de ser como el filósofo de Königsberg: “Kant, es decir, el hombre que ha implantado en Alemania las teorías más disolventes y ruinosas, que más allá del yo no veía sino fenómenos, ó noumenos, meras apariencias de los objetos, reduciendo á pura ilusión subjetiva la existencia de Dios, del alma y del mundo. 97 Ib. , 57. 98 Ib. , 58. 99 Ib. , 60.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz