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“EL KANT DE LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA”: FR. QUERUBÍN DE CARCAGENTE… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 141-190, ISSN: 0470-3790 173 Lo que a Querubín de Carcagente más le molesta de la caracte- rización que realiza Zeferino González sobre Escoto es que: “…ha dejado correr su sabia pluma en contra del defensor de la Virgen, llegando en su desacertada Crítica de la doctrina de tan vene- rado Doctor, desarrollada en su Historia de la Filosofía, á compararle é igualarle con Kant, con el escéptico Kant. ¡Gran Dios! ¡Qué tendrá que ver el Príncipe de la escuela seráfica franciscana, el maestro de tantos santos que veneramos en los altares, la luz de innumerables sabios que han seguido su doctrina, con Kant, con este padre del error y la mentira, protestante de pura raza, corifeo del panteísmo y racionalismo modernos! ¿Es posible que tales aberraciones alcancen á hombres de la talla del P. Zeferino?” 75 . Las palabras a las que nos referimos están al comienzo de la obra, en medio de la justificación de la misma. Todo lo que viene después parece motivado por esta comparación. Ahora bien, en primer lugar cabe responder a algunas cuestiones: ¿qué había dicho Zeferino González? ¿Era tan extraña la afirmación del fraile domi- nico? El P. Zeferino ya veía el presupuesto del sujeto cartesiano y los límites de Kant en autores medievales como San Anselmo, pues hemos de tener en cuenta que “Santo Tomás es la norma –como señala G. Bueno– por medio de la cual habrá que medir a los demás” 76 y su metafísica resulta la clave de bóveda de la especulación y el hacer filosófico en el devenir histórico del pen- samiento filosófico. El referente interpretativo que supone la filo- sofía del Angélico se aplica de forma más contrapuesta si cabe con los filósofos-teólogos de cristianismo medieval. Y si San Anselmo había sucumbido a la misma y con él los pensadores agustinistas, incluido San Buenaventura quien “coincide en la substancia con la de Santo Tomás, aunque no es tan completa ni abraza todas sus partes y todos los problemas filosóficos con la profundidad y ampli- tud que se observan en los escritos del último” 77 , más aún tenía que 75 Ib. , 7. 76 G. BUENO, O. c. , 269. 77 Z. GONZÁLEZ, O. c. , 283.

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