NG200801004
MANUEL LÁZARO PULIDO 156 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 141-190, ISSN: 0470-3790 les como la Philosophia Lovainensis , la Institutiones philosophicae –8 vols. (Valladolid 1890-1900)– del jesuita Juan José Urráburu y su Compendium philosophiae scholasticae –5 vols. (Valladolid, 1902- 1904)– resumen del anterior, que tuvieron gran difusión entre otros, como la no menos conocida Summa philosophiae christianae de Josepho Donat, obras presentes en todas las bibliotecas de las insti- tuciones docentes de la Iglesia. En este tiempo de tomismo arrollador, se suceden dos circuns- tancias al tiempo respecto de la figura de Juan Duns Escoto. De un lado, se intensifican las críticas a la doctrina y el pensamiento esco- tistas, reavivando la rivalidad entre tomismo y escotismo, como si la apuesta desde las instancias oficiales y oficialistas de una corriente escolástica implicará necesariamente el desprestigio de la otra. Y, por otra parte, surge una acción de rebeldía popular en el amplio sentido de la palabra, pues se revitaliza el pensamiento de Escoto en los ámbitos intelectuales allende el tomismo, y su figura en las clases populares eminentemente marianas e inmaculistas. Esta cir- cunstancia la resume con extremada nitidez Bernardino de Arme- llada con las siguientes palabras: “Sabemos que los siglos 18 y 19 no fueron tiempos en que los estudiosos prestaran mucha atención a los escolásticos. Y el resurgi- miento de la nueva escolástica, a finales del siglo 19, se presentó con un tomismo arrollador, al socaire del cual se trató de desprestigiar, incluso intelectualmente, la figura de Escoto. Esto no obstante y a pesar de presiones disuasorias desde arriba, en los años 90, vuelve el interés por el estudio de Escoto al reeditarse sus obras en 26 volúmenes por la editorial Vives de París (1891-1895). Por otra parte, al acercarse el cincuentenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, se hizo más vivo el recuerdo del teólogo que la había defendido con tanto fervor e inteligencia. Y en el Congreso Mariano de Lión, en 1900, se hicieron votos por su beatificación. La cosa comenzó a moverse entre los franciscanos” 32 . Como hemos señalado anteriormente, y se refleja en el texto anterior, Escoto era un autor de gran prestigio y antigua raigambre 32 B. DE ARMELLADA, O. c. , 233.
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