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ANTONIO PÉREZ-ESTÉVEZ 124 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 123-139, ISSN: 0470-3790 volitum quin praecognitum . Pero quien decide y elige sobre las diversas opciones y objetos conocidos es la voluntad. El entendi- miento prepara la acción de la voluntad. La indeterminación de la voluntad y la capacidad que tiene de auto-determinarse, son las principales características de la libertad escotista que la hacen una facultad no natural sino libre. Indeterminación se opone a determi- nación o predeterminación. Se dice de una potencia activa que es determinada o pre-determinada cuando no tiene más que una posi- bilidad de actuar y, por tanto, si nada exterior lo impide, tiende a ella necesariamente: así actúan las potencias naturales, entre ellas el entendimiento, en un proceso sin fin de causas y efectos. La poten- cia activa indeterminada, por el contrario, dispone de, al menos, dos opciones posibles, de las que elige una. Así actúa la voluntad. Libertad, para Duns Escoto, significa posibilidad de elegir entre, al menos, dos opciones distintas. La opción elegida –de, al menos, dos posibles– es radicalmente contingente, debido a que pudo no haber sido elegida. Las acciones libres y los efectos (objetos), producto de esas acciones libres, son radicalmente contingentes. Acciones y efectos que pudieron haber sido distintos y/o pudieron no haber sido, porque pudieron no haber sido elegidos por la voluntad libre. La acción, tomada por mi voluntad, de escribir este artículo y el artículo mismo son, desde la visión de Duns Escoto, radicalmente contingentes: mi voluntad pudo haber tomado la decisión de escri- bir un artículo distinto que tratase sobre “la fusión de horizontes” en Gadamer o pudo también haber decidido no escribir de momento artículo alguno. Esa posibilidad múltiple a la que se enfrenta siem- pre la voluntad libre es la causa de toda contingencia tanto de las voliciones como de los objetos, efecto de esas voliciones. Estas mismas características de indeterminación y de auto- determinación hay que atribuirlas a la voluntad divina, pero llevadas a la infinita perfección, siempre que se trate de actos volitivos y de efectos (entes) distintos de la propia esencia divina, hacia la que tiende necesariamente. La voluntad divina se encuentra, antes de decidir sobre algo creado, absolutamente indeterminada y, dada su potencia absoluta, tiene infinito poder para auto-determinarse y elegir entre, al menos, dos opciones posibles. El acto volitivo y su

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