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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 108 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 79-122, ISSN: 0470-3790 rutina de tantos escritores, menciona a Escoto como ‘voluntarista’ (después de haber alabado el intelectualismo de Tomás de Aquino y de S.Agustín) tenía, sin duda, en su mente e sta calificación peyora- tiva, leve si se quiere y dicha de paso. Tenemos que no es correcto este lenguaje. Por otra parte, es claro que, en esta división convencio- nal que se utiliza corrientemente y que nosotros estamos utilizando, Escoto, (reconocido como destacado voluntarista), no podría ser calificado al mismo tiempo como ‘inteletualista’ sin promover confu- sión. Sin embargo, es lícito utilizar el calificativo de ‘intelectualista’ en forma más neutral y llamar intelectualista a aquel teólogo que ejerce una seria, rigurosa labor intelectual en la exposición de sus opiniones. Y en este sentido Escoto podría / debería ser calificado sin titubeos, como ‘altísimo intelectualista’ en el mejor sentido de la palabra. Efectivamente, el apelativo de “Doctor Sutil” con el que Duns Escoto es calificado desde siglos, debería ponernos en la pista para platearnos la posibilidad de hablar de su ‘intelectualismo’, en el sen- tido primero y hasta honorífico de la palabra. Porque el calificativo “sutil” quiere designarle como razonador tenaz, agudo y riguroso (sin entrar a valorar el resultado de tanto razonar). Comparando a Escoto con los dos magnos doctores de la Escolástica, Buenaventura y Tomás de Aquino, Duns Escoto, en cualquiera de las cuestiones tratadas por los tres, es mucho más especulativo, razonador tenaz y, desde luego más ‘sutil’ que cualquiera de los dos magnos doctores. E. Longprée gran conocedor y promotor del estudio de Doctor Sutil en su obra “La Philosophie du B.D. Scot” dedica un capítulo a destacar el “Intelectualismo escotista” 23 . Por mi parte y en la línea de lo dicho anteriormente, no tengo inconveniente en afirmar que el Doctor Sutil, por ser tal, en sus escritos ha puesto a trabajar al entendimiento humano (al suyo y al de sus posibles lectores), con una intensidad y profundidad difícilmente superable en amplitud y densidad, por nin- guno de los teólogos calificados de ‘intelectualistas’. Como decía un comentarista antiguo que cita Longprée, el ‘voluntarista’ Escoto se ha comportado ‘muy noble y elegantemente con el entendimiento’. Más 23 E. LONGPRÉE , La philosophie du B D. Scot , trata el con profusión y copiosa documentación, 194- 227.

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