NG200801002
ALEJANDRO DE VILLALMONTE 94 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 79-122, ISSN: 0470-3790 en el conocimiento intelectivo, como proponen los intelectualistas de su época y posteriores. No puede aceptarse esta afirmación. La raíz de la volición está en la misma voluntad. En última instancia y aceptados como operativos los mencionados condicionamientos, la voluntad quiere porque quiere , en última instancia. Tiene el autodo- minio perfecto sobre sus propios actos. Puede poner el acto o no ponerlo, poner éste u otro distinto, obrar lo contrario de lo que la mente le da a conocer. La lucha por la primacía inteligencia-voluntad dentro del espí- ritu humano 11 . Desde la época de la Escolástica, se distinguen neta- mente estos dos cauces del dinamismo del alma humana. Aristóteles parece no tenía idea clara y distinta sobre lo específico de esta fuerza espiritual que nosotros llamamos voluntad. Todo el dinamismo supe- rior humano lo veían unificado y caracterizado por la actividad del ‘nous-logos- ratio-razón’. Los estoicos hablan de la función domi- nadora, señorial que la ‘razón/ ratio’ tiene sobre las otras energías existentes en el hombre. La distinción y funcionamiento peculiar de las tres potencias del alma solo cobra importancia a partir de los teó- logos / filósofos escolásticos. Sólo en este contexto puede aparecer la pregunta sobre cuál de las dos potencias, entendimiento y voluntad, es la más noble, cuál expresa mejor lo específico del espíritu humano y su superioridad cualitativa, metafísica, infranqueable sobre los otros seres del universo. Esta discusión podría calificarse de demasiado exquisita y pro- fesoral en sí misma, una vez que se ha admitido la interdependencia esencial entre ambas fuerzas del idéntico y simple espíritu humano. La importancia habría que cifrarla en los presupuestos teóricos de ambas posiciones y luego en las consecuencias que en cada opción se derivan. 11 El tema lo discute Escoto al querer precisar si la plena felicidad se encuen- tra en un acto de la inteligencia o en un acto de la voluntad. Oxon. IV,d, 49, q.4 (Ed. Vives XXI, 92-123. Con una amplia ‘cuestión lateral’: “ qué potencia es más noble, la inteligencia o la voluntad ”, l. c. 123-170. El mismo tema en Rep. Par . d.49, q.4 ( Ed. Vives XXIV, 620).
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