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DUNS ESCOTO EN RATISBONA NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 79-122, ISSN: 0470-3790 93 El entendimiento no goza de autodominio sobre sus actos. Por eso, puesto el acto de conocer, queda de suyo como inmovilizado, varado en la contemplación del objeto. Y no se mueve de un objeto a otro si no es bajo la presión de fuerzas externas a él: las varias fuerzas apetitivas que existen en el hombre, especialmente por la voluntad. Y así entramos en otro tema importante en la discusión entre intelectualismo-voluntarismo. Correlación de influencias entre la inteligencia y la voluntad. Es un hecho de observación cotidiana que la inteligencia influye en la voluntad y la voluntad influye en el entendimiento. Genéti- camente es obvio que el dinamismo de la inteligencia es primero e indispensable para que obre la voluntad. El viejo adagio filosófico y popular: ‘lo que no se conoce no se puede amar’ (nihil volitum quin praecognitum) se considera indudable por todos. Pero tam- bién es innegable el hecho de que la voluntad puede apartar el entendimiento de la consideración de un objeto e impulsarlo pensar en otro. El voluntarista Duns Escoto estudió con detención y rigor el problema de la mutua influencia e interdependencia de entendi- miento y voluntad. Los comentaristas advierten una evolución en la enseñanza escotiana. Con toda reiteración y firmeza sostiene que el conocimiento, la actividad previa de la inteligencia es ‘condición indispensable’ del todo (conditio sine qua non) para que de la voluntad brote un acto propio de ella: el acto de libertad, de amor. Si no hay conocimiento intelectual previo el dinamismo de la voluntad que pueda surgir es –usando la terminología anterior– más bien una actuación de la voluntad natural (voluntas ut natura) que se califica como ‘ímpetus’/ impulso ciego, pero no como apetecer racional. Es decir, apetecer surgido con posterior al conocer intelectivo y ‘condi- cionado’ por éste. Urgido por los intelectualistas, Escoto parece que llega a conceder que el entendimiento pueda concedérsele el ser ‘causa parcial’ de la decisión libre y amorosa de la voluntad 10 . Pero Escoto no quiere conceder que la raíz de la voluntad se encuentre 10 Ver autores citados en nota 5. En forma más concreta trata el tema I. G. MANZANO, El principio de causalidad parcial en Escoto , en Antonianum 65 (1990) 290- 311.
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