NG200801001

EL PRIMADO ABSOLUTO DE CRISTO EN ESCOTO… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 75 Podríamos expresar el hilo conductor de nuestras reflexiones del modo siguiente: del hecho de la Encarnación del Verbo divino, mediante el principio del amor expresado como Dios ama darse a los demás distinto (Deus diligit se aliis) implica un Dios que quiere ser amado por lo ‘otro’ que incluye al otro que le ame summe (Deus vult diligi ab aliis et ab alio summe, hipótesis realizada de hecho), hemos pasado a la afirmación de Cristo como el justifi- cante o como condición de la posible creación de todo mundo posible. Estas tres como dimensiones de Cristo, la de ser encarnado, la de ser quien ama a Dios summe y la de ser su venida la condición de toda creación posible, son tres aspectos y dimensiones que se dan de hecho en la realidad espléndida de Cristo encarnado. III. PRINCIPIO CRÍSTICO Y METAFÍSICA TRASCENDENTAL Hoy día se distingue entre ‘cosmos’ y mundo. El cosmos indica este mundo concreto en el que existe el mundo con sus leyes con- cretas, la temporalidad y las leyes de a evolución en concreto. El ‘mundo’, por el contrario, es el sobre-concepto o lo meta-real den- tro del cual puede acontecer un cosmos u otro 41 . En lugar de este concepto de mundo como respectividad tras- cendental, Escoto nos hablará, más bien, de metafísica trascendental de lo real. Si con su metafísica trascendental, Escoto nos da una metafísica superante de la metafísica cosmológica, esto es, válida en todo caso; con su principio crístico, Escoto nos da una Teología trascendental que justifica toda teología concreta comprendida como historia de la salvación. Nos podríamos proponer ahora una reflexión en torno a la pertenencia mutua entre metafísica trascendental y principio crístico en el sistema de Escoto. Sobre todo, sería altamente instructiva esta 41 Cf. X. ZUBIRI, Sobre la Esencia (Madrid, 4 1972) 431ss.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz