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ISIDORO GUZMÁN MANZANO 74 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 fondo, metahistoria en todo mundo creable, como condición de la posibilidad de su realización. Todavía, para ser más claros, pensemos lo dicho respecto a un problema de Teodicea. Se trata del problema de Teodicea de si este mundo es el mejor posible creado por Dios. Pues bien, abordando este problema y explicándolo a mis dis- cípulos, les suelo decir que, efectivamente, éste es el mundo mejor a partir del origen. En efecto, todo otro mundo posible no tendría ni podría tener un origen mejor por parte de Dios Libre que ‘ama darse al otro’ ( diligit se aliis ). El principio causante o creante sería el mismo y, además, el mejor modo posible de crear en todo caso, esto es, de todo mundo. Pero este mundo es también el mejor posi- ble en su realización final: la Superamistad (vult diligi summe) y no hay otra finalidad mejor que ésta. Digo también que, en este sentido, este mundo es el mejor posible por su metahistoria de salvación divina que está ope- rante en él. El advenimiento de Cristo y su Iglesia, como principio operante dentro de todo mundo posible, hacen de este mundo concreto que sea el mejor posible en todo caso. Sería el mismo principio el que guiara al Creador Libre creando, si es que alguno de ellos ha de venir a la existencia. Los tres momentos señalados se implican intrínsecamente, como puede verse. Con esto, no se decide nada respecto a la bondad estructural propia e intrínseca de este mundo o de otro mundo cualquiera. Estamos y nos mantene- mos en una lectura teológica y no cosmológica. De todos modos, podemos afirmar que este mundo concreto no es el mejor posible en sus estructuras propias en sentido de Leibnitz o en sentido de Sto. Tomás. Repitamos para terminar este apartado: el principio Crístico no es más que la posición en acto y actualización de un Dios que libremente crea, crea para darse a amar y quiere ser amado summe . Y esto en todo caso y respecto a cualquier mundo creable que hubiera de ser creado. Dios obra siempre lo mejor a partir del origi- nar del ser operante en el mundo y del finalizar. Y en el sentido que estamos sugiriendo, es lo absolutamente mejor, pero comprensible sólo en horizonte estrictamente teológico.

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