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ISIDORO GUZMÁN MANZANO 70 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 Lo que un discípulo suyo nos dice, a saber, que “todo es posible menos superar el principio de identidad cristiana: Dios y el hombre son uno en la diferencia - Dios y el hombre son diferentes en la unidad” 38 , creo que es válido sólo para el caso del hombre Jesús personado por el Verbo, pero no para el simple hombre, incluso por muy realizado que éste se vea en el Frui de la Superamistad. La ‘inmanencia’ de Dios en Trinidad se hace ‘economía’ en el Don que es el hombre Jesús personado por el Verbo y sumamente agraciado. Él es, en efecto, la realización cumplida y suma de Dios creando ‘ad extra’ o es su Economía de hecho y sin más. Una Economía que es, a la vez, trascendente en la inmanencia del decurso temporal de este mundo y trascendental en el sentido de ser transportable en verdad a todo mundo posible 39 . Pero, ahora, sobre lo afirmado por el Doctor Sutil, nosotros nos ocupamos del problema condicional de ‘si Dios quiere o se decide a crear’ –puesto que crear implica y realiza un diligit se aliis , que implique un tertio, vult diligi ab alio summe –, esto es, que, de hecho, Cristo se ha encarnado en nuestro mundo como el Primero, implique y pueda ser afirmado de todo otro mundo posible, en caso de que fuera creado. Por decirlo más claramente: una vez que sabemos que Cristo se ha encarnado, su encarnación no puede ser ocasionada por nada. Es el contenido de la afirmación escotista de la Primacía de Cristo, fundada en la ley del amor: ‘Dios quiere darse a otros, entre los que haya uno que le ame en grado sumo’. Ahora afirmamos en base a la misma lógica del amor: si Dios quiere crear cualquier otro mundo, este mundo ha de contener seres u otros que le amen y ‘uno’ (Cristo) que le ame en grado sumo. dio lo ya anunciado y desarrollado por Rahner en Bemerkungen zum dogmatischen Traktat ‘De Trinitate’ , en Schriften zur Theol, IV, 103 ss. Cf. también en el mismo volumen el estudio siguiente sobre Zur theologie der Menschwerdung 137ss. 38 Esta afirmación la tomo de O. GONZÁLEZ DE CARDENAL, Cristología (Madrid 2001) 457. 39 Con esto no quisiéramos haber expresado un juicio crítico al axioma trinitario de Rahner. El axioma está pensado en una complejidad tal y riqueza de pensamiento que, si no hacemos un análisis más puntual y exacto, no podremos dar un juicio crítico ajustado.

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