NG200801001

EL PRIMADO ABSOLUTO DE CRISTO EN ESCOTO… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 13 ilimitadamente, es decir, capacidad de recibir y enriquecerse con toda entidad, también con Dios, doblada de una actividad corres- pondiente que se actualiza, pero que necesita de lo otro, como de concausa, para su actualización. Además, esta realización y actualización de las potencialidades, para que sea plena, debe de ser una realización en presencia en sí y por sí del objeto existente. Realización y actualización en el hori- zonte de lo más genuino de esas potencialidades: Visión y Amor de amistad en y del cuerpo resucitado. Esta estructura de mutua y trascendental reciprocidad en virtud de la cual podemos decir que, en la medida en que se es capaz de recibir, se es igualmente capaz de actualizarse por posición de la actividad en acto (in actum) en forma de actualización de sí por el otro (por Dios en nuestro caso), por una parte, y la necesidad de tener que actualizarse con lo otro o con objeto existente, como de concausa, indica una comprensión originalísima de Escoto que colorea profundamente todo su sistema. Esta realización plena de la capacidad de recibir activamente toda perfección está en la línea y perspectiva del realizarse final o en la línea del trascendental estar abierto a un futuro prometido y supe- rante, como se diría hoy, y que yo prefiero expresar en el lenguaje de Escoto, como apertura trascendental en vistas al cumplimiento final de esa apertura. En la línea y perspectiva, pues, de la posición actualizada y cumplimiento de la relación ‘a fronte’ y no en la línea de la relación creacional, también trascendental, de la dependencia ‘a tergo’ que constituye a toda criatura. Esta relación de apertura ‘a tergo’ jamás será subsanada ni cumplida. La criatura no dejará de ser criatura por mucho que ‘a fronte’ se encuentre realizada. Ni tampoco el hombre Jesús dejará de ser hombre por mucho que reciba, tanto por el hecho de ser personado, como por el hecho de haber sido agraciado sumamente como corresponde a su ser Hijo de Dios. Y como quiera que es el Cristo Resucitado el fin último querido por Dios, es el Cristo Resucitado el modelo de hombre sin más, el hombre final y cumplido, si bien haya tenido que pasar por el estado de ‘viator’ .

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