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EL PRIMADO ABSOLUTO DE CRISTO EN ESCOTO… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 55 por el mérito de Cristo, el Primero. Y esto es el contenido esencial de la solución escotista a una objeción del tenor: las Escrituras y los Padres afirman que Cristo se encarnó en la forma de viador por nosotros o en vistas a redimirnos del pecado. La respuesta de Escoto es la de aceptar esto, pero como recuperado en un horizonte superior. Por lo tanto, escribe: “Todas las autoridades pueden ser expuestas así, a saber, que Cristo no hubiera venido como redentor (de pecado) si el hombre no hubiera caído ni, tal vez, como pasible o sufriente, pues que no habría ninguna necesidad para que, aquella alma gloriosa desde el comienzo, para la que Dios deseó previamente no solo tanta gloria sino que le fuere coeva, fuera unida a un cuerpo pasible y sufriente. Mas, no se habría de realizar tal redención (de pecado), si no hubiera habido pecado. No parece, sin embargo, que Dios hubiera predestinado aquella alma a tanta gloria por esta sola causa, ya que la redención o la gloria del alma que ha de ser redimida (se refiere a Adán) no es tanto bien como es la gloria del ama de Cristo. Ni es verosímil que tan sumo bien entre los entes fuera ocasionado y sólo a causa y por razón de un bien inferior. Ni es verosímil que (Dios) hubiera preordenado a tanto bien a Adán como a Cristo, lo que se seguiría. Aún más, y lo que es más absurdo, se seguiría ulteriormente también que la predestina- ción de Adán a la gloria supondría, como previa, la caída en pecado antes de que fuera predestinado Cristo a la gloria, si la predestinación de esta alma (de Cristo) hubiera sido por razón de la redención de los otros, ya que no hubiera habido redención si no hubiera sido prece- dida por la caída, por el pecado o por el débito” 23 . 23 Ord . III. d. 7, q. 3: “Omnes auctoritates possunt exponi sic, scilicet quod Christus non venisset ut redemptor, nisi homo cesidisset, nec forte, ut passibilis, quia nec fuisset aliqua necessitas, ut illa anima a principio gloriosa, cui Deus praeoptavit non tantum summam gloriam, sed etiam coaevam illi animae, quae unita fuisset corpori passibili. Sed nec fuisset redemptio, nisi homo peccasset, facienda; sed non propter illam solam causam videtur Deus praedestinasse illam animam ad tantam gloriam, cum illa redemptio sive gloria animae redimendae non sit tantum bonum quantum est illa gloria animae Christi. Nec est verissimile tam summum bonum in entibus esse tantum occasionatum propter minus bonum solum. Nec est veris- simile ipsum prius praeordinasse Adam ad tantum bonum ad quantum Christum, quod tamen sequeretur. Immo, quod absurdius est, ulterius sequeretur etiam quod praedestinatio Adam ad gloriam, prius praevidisset casurum in peccatum quam praedestinasset Christum ad gloriam, si praedestinatio illius animae tantum esset pro

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