NG200801001
EL PRIMADO ABSOLUTO DE CRISTO EN ESCOTO… NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 49 Dei’ , es el Cristo venido y encarnado en función de la restauración del pecado original como intención principal y justificante último de su venida. Y, en consonancia con esta posición, si el hombre no hubiera pecado, Cristo no se hubiera encarnado. Diríamos, en otro lenguaje, que el ‘pecado’ es criterio y principio hemenéutico princi- pal del obrar de Dios para con nosotros en el orden de la gracia; y Cristo no pudo venir sino como su realizador (Restaurador) bajo el régimen infralapsario. Pero vayamos más al fondo. Un más al fondo que los mismos tomistas no han sabido explotar, a mi modo de ver, en su especula- ción cristológica. En santo Tomás encontramos con frecuencia cier- tas afirmaciones que son, cuando menos, sorprendentes. Yo estoy convencido que muchas de las afirmaciones pinaculares de Escoto no son ni se comprenden sino como desarrollos de ciertas afirma- ciones del Angélico por recuperación en un pensamiento superior, basado, no obstante, en otros fundamentos. Demos los hechos: En primer lugar: anto Tomás, quien en el Comentario a las Sentencias deja valer ambas soluciones, la com- prensión supralapsaria y la infralapsaria de Cristo, como probables, pasa por una declarada posición en favor de la Encarnación en función del pecado, declarando la comprensión supralapsaria como cuestión fútil y sin interés que pueda ser propuesta como alterna- tiva, en su Exposición a la 1ª carta a Timoteo 20 , para concluir a una mesurada y matizada posición de la Suma Teológica . La solución dada aquí, en la Suma, es: “Aún cuando Dios, sin existencia de pecado, pudiera haberse encarnado, se dirá como más conveniente que, si el hombre no hubiera pecado, Dios no se habría encarnado, ya que en las sagradas Escrituras en todo los lugares den como razón de la encarnación el pecado del primer hombre” 21 . 20 Expos. super Ep.1 ad Tim ., ca.1, lett.4: “Haec quaestio non est magnae auc- toritatis; quia Deus ordinavit fienda secundum quod res fiendae erant. Et nescimus quid ordinasset, si non praescevisset peccatum” . 21 S. Theol ., III, q.1, a.2: “quanquam Deus, peccato non existente, potuerit incarnari; convenientius tamen dicitur, quod si homo non pecasset, Deus incarna-
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