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ISIDORO GUZMÁN MANZANO 36 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 Lo anterior cobra su verdad por cuanto la fe infusa es una gra- cia inmediatamente concedida por Dios y toda gracia está conce- dida, por libertad divina, por y en méritos de Cristo Jesús. Dios no concede gracia alguna, sino por Cristo y en Cristo Jesús. ¿Cristianos anónimos? Sí, pero no en el sentido de Rahner. Según el autor alemán, todo hombre está constituido como por un existencial sobrenatural que le capacita para la salvación. Lo que pasa es que, en perspectiva escotista, este existencial sobrenatural, además de ser anterior y más a la raíz que el existencial de pecado, es de carácter formalmente Crístico: Cristo es el Medio, pues que Él es el Primero en todo. Podríamos interpretar, me parece, el dicho de Tertuliano antes citado en este sentido y así tiene perfecto sentido real: toda alma es naturalmente ‘cristiana’. Esto parecerá hiriente a algunos. Los Hebreos aceptarán que la salvación proviene directamente de Dios y sin intermediario. No aceptarán, pues, la mediación del Salvador. Otros, protestarán de la confesión cristiana e incluso de la concepción judeocristiana de Dios. Los más, afirmarán que la salvación será debida a sólo el hom- bre. Los cristianos confesarán, como el dato más genuino de su fe, que Cristo es el Salvador universal y perfectísimo. Lo que conlleva: fuera de Cristo no hay salvación. 4. E L PECADO NO ES PRINCIPIO HERMENÉUTICO EN LA TEOLOGÍA CRISTIANA Algunos teólogos se ha escandalizado de esta posición de Escoto y le atacan más o menos duramente, incluso con ensaña- miento inaudito, porque, dirán, éste no toma en serio y vacía de sentido la realidad existencial tanto de la realidad del pecado como de la realidad de la grandeza del Redentor en cuanto Redentor de pecado o en cuanto Restaurador. ¿Es esto verdad? Ya el hecho de que Escoto califique al Salvador o a Cristo como el Redemptor universalissimus et perfectissimus y que le sirve de base para la defensa del modo singular redentivo con el que una criatura, la Madre Inmaculada, fue redimida de hecho y de modo mejor, les debería haber dado un sentido de prudencia para ser cautos en