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ISIDORO GUZMÁN MANZANO 30 NAT. GRACIA LV 1/enero-abril, 2008, 9-77, ISSN: 0470-3790 una Iglesia a Él unida, que recibe de Él gracia y mérito. Por lo mismo, este todo Cristo y su Iglesia es el designio total salvífico de un Dios que diligit se aliis et vult diligi in summo et in determinatis gradibus . Todo esto acontece en un orden ‘supralapsario’ , pero que, como veremos, no es sin redención. Ya el hecho de que todos reciban de Cristo indica un modo redentivo superior al modo reden- tivo implicado en la redención conexa con el Restaurador de los infralapsaristas. Estando así las cosas según Escoto, no se comprende la afirma- ción de Pannenberg de que Escoto conciba la predestinación de los elegidos al margen de Cristo o que aquella no se realice en Cristo Jesús. No solamente los hombres, sino que también los Ángeles, esto es, la Iglesia sin más, se constituye en tal por su dependencia y alrededor de Cristo, Cabeza y Vid. Todo este orden metahistórico de salvación de Cristo-Iglesia es supralapsario, como decíamos. Cristo es, como hemos tratado de explicar o desplegar en lo que venimos diciendo en este capítulo, el cual resume, a su vez, todo lo dicho en los capítulos anteriores y que podríamos haber dicho mejor y más, el proyecto metalapsario por excelencia con respecto a los que se salvarán o alcanzarán el Frui definitivo 12 . Lo que pasa es que todos los que se salvarán, se salvarán por mérito de Cristo, haya o no haya habido pecado. Los Ángeles y María, al menos, han sido redimidos sin previo pecado. Y, en última instancia, los que constituirán y serán llamados al estado de supe- ramistad, serán beatos con independencia de sus deméritos o de su méritos, pero no sin méritos. Méritos por merecimiento de Cristo. Todos reciben y recibirán gracia de mérito por la influencia de la gracia ‘meritoria’ de la única Cabeza. Repito: incluso los que no hayan pecado, necesitan ser redimidos por y en virtud de la gracia meritoria debida al Cristo formalmente encarnado. Ya la Encarna- ción significa comenzar a merecer o está realizada en función de un 12 Cómo la predestinación de los elegidos haya de ser comprendida lo ha expuesto magistralmente W. Panenberg en su tesis doctoral sobre la Prädestinatio- nslehre de Escoto y a él me remito.

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