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822 ANTONIO SÁNCHEZ CABACO l e s v l r c r y y l c t g f c y s r En las Universidades y organizaciones que aprenden cada vez más la preocupación de responsables académicos y empresariales se centra en cómo gestionar el talento para conseguir el éxito en los procesos formativos y también en la imagen del liderazgo social. La gestión del talento estelar (trabajadores del conocimiento) es clave para que las universidades sigan siendo competitivas. El término aligning the stars significa mantener una organización alineada com- binando el talento de los trabajadores con la estrategia global de la institución, para que el trabajo en equipo consiga los objetivos. Esto implica generar una cultura organizacional en torno a objetivos precisos, responsabilidades definidas y criterios objetivos y claros para determinar los criterios de progresión profesional (sistemas de incentivos, reconocimientos, etc.). El impacto de la cultura corporativa será operativa en una orga- nización si está clara la misión de la institución, la visión que tiene en el contexto universitario, y los valores que se pretenden instaurar. Los tres aspectos son importantes ya que el primero clarifica la razón de ser de una institución, y en el caso de las universidades católicas o privadas deben tener un elemento diferenciador en el quehacer universitario: qué hace, para qué lo hace y cómo lo hace. En el reto de la adaptación al EEES deberían haber tomado la iniciativa en los procesos de adaptación (créditos ECTS, SET) y por supuesto en lo relativo a los indicadores de calidad, tanto de titulaciones como de profesorado. La segunda dimensión, visión de futuro, implica tener una pro- puesta de horizonte con objetivos a corto, medio y largo plazo. Frente al mero devenir, la motivación de los miembros de una organización, el compromiso institucional y las propuestas de innovación, se acti- van con más facilidad si las metas y objetivos institucionales son claras, transparentes y en condiciones de igualdad. Las universidades discapacitadas, al carecer de estas guías de acción, son más proclives a generar las paraplejias comportamentales de los individuos que conforman la organización, en los niveles que no tienen capacidad y poder en la toma de decisiones. Por último, los valores, que se refiere a la personalidad que la organización quiere ofrecer al entorno/sociedad donde esta se inserta. Hay un elemento que define públicamente esta dimensión ya que la Declaración de Identidad de la institución debería ser el marco

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