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CUARENTA AÑOS DE POSTCONCILIO. ALGUNOS RETOS SIGNIFICATIVOS… 813 l - s a a s s - , s r e a a s a - e a r : a s e s l a a a n ) maduración permanente de una gran mayoría, al menos, de los cris- tianos miembros de la Iglesia. Segundo dato: Una respuesta: ¿Cuál fue la respuesta del papa Juan Pablo II a la petición de los dos sínodos? Me limito a constatar un hecho hoy perfectamente comprobado. Un hecho que, difundido tempestivamente, habría iluminado mejor la clave hermenéutica de las dos exhortaciones apostólicas sinodales. Con respecto a la exhor- tación apostólica sinodal referente a la vida consagrada (“Vita conse- crata”, 1996) conocemos, gracias a una de las personas implicadas en la redacción del texto papal, cuáles han sido las intenciones de Juan Pablo II: el papa no quería, deliberadamente, decidir controversias teológicas existentes –al menos que no se tratase de posiciones evi- dentemente erróneas– en ese tipo de documentos, que tienen carác- ter de “exhortación” (de estilo parenético, meditativo y espiritual, sin el peso doctrinal de una encíclica o de una intervención solemne del magisterio ordenada a dirimir una cuestión), y de una exhortación “apostólica” (porque es del papa y dirigida a la Iglesia universal, no sólo a los religiosos). Por lo mismo, la intención de Juan Pablo II ha sido la de dejar abierta la reflexión, sin excluir ninguna de las ins- tancias y posiciones que surgieron en el sínodo y confluyeron en las proposiciones, sin descender a aprobar exclusiva y categóricamente determinadas opiniones, como tal vez más de uno quería y esperaba. Dicho brevemente: “la teología de la exhortación no es ni cerrada ni unívoca” 25 . Se comprende, pues, que a la luz de esta misma clave 25 J. CASTELLANO CERVERA, “Sintesi della XLIX Assemblea semestrale”, en XLIX Conventus semestralis. Unione Superiori Generali: Vita consacrata. Fedeltà dinamica allo Spirito per il Regno (Ariccia. Maggio 1996) 128ss., 151. Me permito recordar aquí unas impresiones del Cardenal Carlos María Martini, S.J., manifestadas con su característica espontaneidad, sinceridad y audacia evangélicas: “El sínodo sobre la vida consagrada no ha hecho despliegue de gran doctrina. No hemos oído resonancias, por ejemplo, de las reflexiones teológicas sobre la vida consagrada hechas durante los últimos decenios (pienso a teólogos como H.U. von Baltasar, Karl Rahner, J.B. Metz, etc…); no han sido objeto de controversia o discusión (¡lo que no es positivo!)… La reflexión sinodal ha revelado una grande ‘pobreza teoló- gica’”… Mientras votábamos, tenía a mi izquierda los textos conciliares y me pre- guntaba: ¿Qué cosa nueva hemos dicho respecto a lo que ya dijo el Vaticano II? Mi respuesta ha sido: nada. No hemos dado un aporte teológico doctrinal…”. Palabras pronunciadas en un encuentro con religiosos y religiosas en Milán el 18 de noviem- bre de 1994, apenas concluido el sínodo: cf. Testimoni (Quindicinale di informa-

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